Pasar al contenido principal

Dado que el COVID-19 ha saturado los servicios de salud y ayuda humanitaria del mundo, los antiguos alumnos del Programa de Becas del KAICIID han aprovechado sus redes interreligiosas para ofrecer apoyo psicológico, luchar contra la discriminación y la incitación al odio y proporcionar servicios de bienestar muy necesarios.

Javier Martínez-Torrón era un joven estudiante universitario en Granada, España, cuando fue testigo por primera vez de lo que supone la inclusión religiosa.

La forma en que la escuela católica en la que se había matriculado trató a dos compañeros de origen marroquí y de fe islámica tuvo una influencia crucial en su percepción del mundo, así como en su carrera.

Este año las Naciones Unidas celebran el 20º aniversario de la adopción de la Resolución 1325 (2000) del Consejo de Seguridad sobre la mujer, la paz y la seguridad, una resolución histórica que reconoce la inmensa contribución de las mujeres a la paz y la seguridad internacionales, así como su papel fundamental en la prevención y resolución de conflictos, y el mantenimiento y la consolidación de la paz.

En todas las partes del mundo, las mujeres y los jóvenes se enfrentan a la discriminación, la marginación y la exclusión, y esto incluye un acceso desigual a la educación, al trabajo digno y a las oportunidades de liderazgo. La pandemia del COVID-19 no ha hecho más que ampliar estas brechas.

Con poca o ninguna intervención en el sistema educativo, las mujeres y los jóvenes corren un mayor riesgo de padecer hambrunas, falta de vivienda, abuso físico y psicológico, explotación sexual y daños físicos y mentales generales.

Cada dos semanas, Ko Bobby, un académico y escritor budista, reúne a un grupo de conocidos expertos religiosos, escritores y educadores en un estudio de televisión en Yangon, Myanmar. Durante la siguiente hora, en un programa titulado "Way Forward to Harmony and Peace" (El camino hacia la armonía y la paz), los invitados debaten acerca de cómo combatir el discurso del odio y promover el entendimiento interreligioso.

Al hablar en la apertura de la primera "Asamblea sobre Mujeres, Religión y Diplomacia", la Prof. Azza Karam, Secretaria General de Religiones por la Paz Internacional (RfP), quiso dejar las cosas claras.

"El trabajo de las mujeres religiosas no es nada nuevo", dijo. "Lo que sí es nuevo es la colaboración entre hombres y mujeres para alzar la voz de las mujeres a la hora de hablar de verdades concretas, críticas y globales".

A lo largo de las sinuosas calles empedradas del centro de la ciudad, los representantes de las distintas comunidades religiosas de Viena dirigieron silenciosamente a los miembros de la comunidad, políticos y periodistas en una marcha unida contra el odio perpetrado durante el ataque terrorista de la semana pasada.

Sólo tres días antes, el 2 de noviembre, en estas mismas calles colindantes a la principal sinagoga de Viena, unos rápidos disparos se desgarraron en el aire, mientras el atacante se abría paso por el centro histórico de la ciudad.