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En respuesta a la pandemia de COVID-19, el Centro de Diálogo Internacional (KAICIID) ha puesto en marcha una nueva ronda de subvenciones para su programa de Becas, destinado a ayudar a las comunidades religiosas de todo el mundo a fomentar la cohesión social y a contrarrestar la estigmatización, los discursos de odio y las noticias falsas.

Paungsie Metta Initiatives (PMI Myanmar), uno de los principales aliados del KAICIID en Myanmar, promueve el diálogo y la paz a través del teatro local, para asegurar la cohesión social y que las próximas elecciones sean pacíficas. Algunos temen que la tensión y la violencia en las comunidades puedan acompañar a las elecciones de noviembre de 2020. Los miembros de la PMI tratan de apoyar la coexistencia pacífica mediante el diálogo a través del teatro.

 

 

Sayalay Ketumala es una monja budista Theravada de Myanmar que trabaja en Yangon como educadora, facilitadora y activista. A través de su extenso trabajo escrito e interreligioso, se ha convertido en una voz para las mujeres de todo su país y, al abogar por la paridad de género en la práctica budista, también ha inspirado a las mujeres de todos los credos.

En un país que sufre por un conflicto religioso, Sayalay se centra en abrir su corazón, aprender de los demás, construir puentes y descubrir conexiones genuinas entre las religiones.

A medida que los participantes entran en la sala, cada uno toma su respectivo lugar en la mesa. Instalándose, mantienen sus micrófonos silenciados hasta que el moderador está dispuesto a comenzar la sesión de diálogo. Cada uno está listo para escuchar, para aprender, para conectar a través de las diferencias geográficas, religiosas y sociales.

Esta vez, sin embargo, entre ellos hay una barrera más que superar - una digital.

Los graduados del Programa de Medios Sociales como Espacio de Diálogo del KAICIID han puesto en marcha una serie de campañas en línea como acción de respuesta al aumento de los discursos de incitación al odio durante el COVID-19, trabajando para combatir la discriminación, promover las buenas prácticas de salud y proporcionar la tan necesaria ayuda humanitaria.

Con ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente de las Naciones Unidas, algunos de los mayores expertos en cuestiones de medio ambiente elogiaron a las organizaciones religiosas por sus esfuerzos para combatir el cambio climático, y ofrecieron recomendaciones para una colaboración más eficiente, como el aumento del "intercambio" tecnológico y el establecimiento de plataformas que permitan que la fe y la ciencia se apoyen mejor entre sí.