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A medida que los gobiernos de todo el mundo han ido imponiendo reglas de confinamiento y han aplicado medidas de distanciamiento social para luchar contra la pandemia de COVID-19, ha habido importantes festividades religiosas que se han tenido que celebrar de un modo poco habitual en estos meses de abril y mayo de 2020.

El COVID-19 ha provocado una crisis sanitaria sin precedentes. Aunque los datos obtenidos hasta ahora muestren que su incidencia entre los más jóvenes pueda ser menor que a otras edades, éstos se están viendo muy afectados en términos económicos y sociales a causa de la pandemia. Según datos de las Naciones Unidas, en el mundo hay 1.200 millones de jóvenes entre 15 y 24 años, es decir, el 16% de la población mundial.

Cuando los líderes juveniles del Centro para la Igualdad y la Equidad (CEE) lanzaron un curso en línea sobre la consolidación de la paz a principios de este año, no tenían ni idea de lo importantes que iban a ser las charlas digitales en torno al diálogo interreligioso e intercultural durante la pandemia de COVID-19.

El Papa Francisco dirigiendo la misa de Pascua en una basílica vacía de San Pedro. Imágenes solitarias de la Kaaba en la Meca y la ausencia de peregrinos rezando a su alrededor. Sesiones de meditación digitales, devociones en línea y la Santa Comunión servida en el extremo de un tubo de PVC.

El padre Andreas Kaiser dirige desde 2009 la parroquia católica de Ober St. Veit, en el distrito 13 de Viena, y ha hablado con el KAICIID sobre el culto online en tiempos del COVID-19, con la gente redescubriendo su fe, encontrando a Dios en nuestros propios hogares, y sobre cómo la situación actual ha impactado en su animada comunidad eclesiástica de las afueras de Viena.

El rabino Jeff Berger, ex becado internacional del KAICIID, habla con entusiasmo de sus planes de expandir Camp Unity, un campamento interreligioso anual para niños en las afueras de Londres. El campamento nocturno, que duró cinco días el verano pasado y al que asistieron 35 niños de las principales religiones, ganó recientemente un prestigioso premio en el Reino Unido.

Héroes del Diálogo

Como los únicos niños sikh que llevaban turbantes en el sur de Texas en los años 80, Simran Jeet Singh y sus tres hermanos destacaban sobre el resto.

"La gente siempre trataba de darnos sentido", comenta. "Teníamos una apariencia distinta y tuvimos que aprender desde pequeños a responder a las preguntas sobre nuestra fe y tradiciones."