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El Secretario General del KAICIID, en el Trigésimo aniversario de la Cumbre Religiosa del Monte Hiei
Secretario General del KAICIID, Faisal Bin Muaammar
Trigésimo aniversario de la Cumbre Religiosa del Monte Hiei
"Terrorismo y religión - Cómo la gente creyente puede llegar a acuerdos y trabajar para combatir el radicalismo violento"
Excelencias, distinguidos líderes religiosos, damas y caballeros.
Es un gran honor para mí unirme a esta ilustre reunión de pacificadores religiosos, con motivo del trigésimo aniversario de una de las cumbres religiosas más importantes de todo el mundo, aquí, cerca del Monte Hiei.
Permítanme expresar mi más profunda admiración hacia el Secretario General, Doyu Todal, y hacia los miembros de la Conferencia de Representantes Religiosos Japoneses.
Hoy, vamos a reflexionar sobre nuestro papel a la hora de rechazar el extremismo violento.
Cuando analizamos las causas de la pobreza extrema, vemos que algunos pueden verse tentados a perder la esperanza. Este encuentro muestra al mundo que nosotros no vamos a perder nunca la esperanza.
No vamos a descansar nunca hasta que alcancemos la paz.
El mundo que compartimos con los extremistas y los terroristas está moldeado por la tecnología, y cada vez menos por los valores éticos y de empatía.
Estamos conectados por la tecnología, pero no estamos conectados en mente o espíritu. Esta tecnología que sirve para crear redes a lo largo de todo el mundo, también se utiliza para difundir odio, promover la división, enaltecer los prejuicios y crear aislamiento.
Sin embargo, hay una tecnología que también nos puede ayudar a superar el miedo y el prejuicio al Otro.
Esta tecnología es el diálogo y la educación.
El diálogo nos ayuda a desarrollar la confianza en el prójimo. La educación nos permite superar la ignorancia y sustituir los estereotipos por conocimiento.
Una vez que logramos conocer al otro, podemos valorar su identidad y sus tradiciones. Y cuando le damos valor al otro, también nos protegemos mutuamente y resistimos a los conflictos.
En los últimos tiempos, las soluciones más habituales a los conflictos ocasionados por extremismos políticos y religiosos han sido militares.
Estas soluciones, más que resolver, han agravado los conflictos y dado fuerza a esas minorías políticas y religiosas que buscan explotar las situaciones de conflicto y el sufrimiento de las personas para su propio beneficio.
La gran repercusión de estas minorías de extremistas consigue acallar las voces de la mayoría de creyentes y líderes religiosos, que, juntos, poseen un gran poder para proponer soluciones reales para una paz sostenible, tolerancia y moderación.
El mensaje positivo que profesan las enseñanzas de todas las confesiones es la clave para luchar contra el extremismo.
De hecho, el poder de la mayoría también puede proporcionar un significado eficaz a la hora de cambiar las percepciones sobre una religión y sus seguidores por parte de los demás.
En los últimos años, las acciones de una minoría de extremistas religiosos han dado como resultado estereotipos injustos sobre los musulmanes pacíficos de todo el mundo, que han sido etiquetados de modo indebido como 'terroristas' o 'extremistas', por aquellos que practican otro tipo de extremismo.
Nuestro encuentro de hoy trata de reforzar el valor del diálogo con el "Otro". Solo un entendimiento real puede acabar de verdad con el extremismo.
Mi profesión es el diálogo. Hoy, represento al Centro Internacional de Diálogo KAICIID, que se dedica a promover el diálogo interreligioso para mejorar nuestro mundo. Tenemos un objetivo: apoyar a los líderes religiosos para contrarrestar a los extremistas.
Creo que, a través del diálogo y la educación, los líderes religiosos, los políticos y la sociedad civil tienen la capacidad de prevenir el extremismo mediante el fomento de la empatía por el "Otro", ya que el 80% de la población mundial tiene una identidad religiosa.
Por supuesto, soy consciente de que éste es un objetivo a largo plazo y tiene que ser compartido para tener éxito.
En el lado opuesto a este objetivo, sabemos que los extremistas de hoy en día usan el terror para ganar poder y destruir comunidades, y nosotros debemos estar unidos para mantener la cohesión social y la ciudadanía común.
Manipulan las enseñanzas religiosas para justificar la violencia y las matanzas. Y nosotros tenemos que enseñar a la gente que los extremistas mienten.
Todas las religiones dan valor a la misericordia, la caridad y el amor al prójimo. Todas las religiones quieren la paz para todos.
¿Qué diálogo podemos mantener para prevenir el extremismo y el terrorismo? Bien, necesitamos soluciones inclusivas y sostenibles.
Me enorgullece poder decirles que tanto las Naciones Unidas como otras muchas comunidades internacionales se han dado cuenta de que tanto los líderes religiosos como los líderes políticos tienen una causa común.
Ambos necesitan preservar la convivencia pacífica. Ambos necesitan construir una resistencia común contra el virus del odio extremo y la violencia.
A través de la historia ha habido crecimiento entre las ideologías religiosas y políticas que han desembocado en unas divisiones mayores entre religión y estado.
Sin embargo, a pesar de esto, creo que los líderes religiosos y políticos pueden afrontar juntos los extremismos. Juntos pueden construir una infraestructura de diálogo y educación que le dé a cada uno la oportunidad de entenderse e incluso valorar al "Otro" en sus comunidades.
Un ejemplo: hace dos años, aproximadamente, comenzamos a trabajar con las Naciones Unidas en un Plan de Acción para Líderes y Actores Religiosos para Prevenir y Contrarrestar la Incitación a la Violencia que pudiera llevar a Crímenes Atroces. Este plan fue presentado el pasado mes en Nueva York, por el Secretario General de las Naciones Unidas.
Hemos involucrado a más de 200 líderes religiosos de más de 70 países. Este plan implica que los líderes religiosos y sociales necesitan combatir al extremismo que pueda conllevar violencia. Contrarrestarán los discursos de odio en lugares de culto, en público y en medios sociales. Ofrecerán educación para promover el respeto a los fieles de otras religiones y la diversidad.
Damas y caballeros, he visto cómo el diálogo combatía al extremismo.
Hemos establecido exitosamente programas para promover la paz entre cristianos y musulmanes en Nigeria, y entre musulmanes y budistas en Myanmar.
En la Región Árabe, hemos presentado la primera red de Facultades Religiosas Islámicas y Cristianas. Y a principios del próximo año tenemos previsto presentar una Plataforma Interreligiosa para la Región Árabe, que reunirá a políticos y líderes religiosos que buscan conseguir la convivencia ciudadana en esa región.
Damas y caballeros, en conclusión, me gustaría recordar que los mayores cambios sociales a lo largo de la historia los han llevado a cabo líderes religiosos.
En el pasado, han superado obstáculos que muchos otros pensaban que no se podían superar.
Los líderes religiosos ayudaron a terminar con la esclavitud, el colonialismo, la segregación y el apartheid. Han conseguido que los gobiernos garantizaran derechos para los más débiles, los obreros, las mujeres y los niños.
Con su ayuda, el objetivo de una infraestructura global de diálogo y educación puede convertirse en una realidad.
Con medios no violentos, sostenibles e inclusivos podemos expulsar a los extremismos de nuestras comunidades.
Muchas gracias.
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