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Una becada del KAICIID lidera respuesta pacífica al ataque contra un templo hindú en Delhi
Comenzó con una disputa sobre un problema de estacionamiento entre personas de las comunidades hindú y musulmana, pero el conflicto no tardó en agravarse. Como consecuencia, el templo Lal Kuan de Delhi, India, sufrió una serie de ataques vandálicos el 30 de junio de 2019, durante los cuales se destruyeron imágenes, lo que aumentó todavía más la tensión entre ambos grupos. Mientras muchos miembros de la comunidad buscaban venganza, la becada del KAICIID Kenu Agarwal y otros miembros de su organización dirigieron una respuesta pacífica a la situación.
Pese a no ser miembro de esa comunidad y a pesar de las dificultades para acceder al área por razones de seguridad, Agarwal, Presidenta de Sanskar Bharti Chandni Chowk, una organización que trabaja en la promoción de la cultura, el arte y la literatura indias, decidió intervenir. En cooperación con otros aliados, organizó oraciones con la comunidad hindú frente al templo, una acción que se convirtió en el punto de inflexión para restablecer la paz en la zona.
“Aunque muchos hindúes estaban molestos, nos propusimos mantenerlos en paz. Solo teníamos que evitar que se pusieran violentos. Invitamos a hindúes de toda Delhi, y la gente siguió yendo y viniendo durante todo el día. Cuando vieron que contaban con el apoyo de los líderes religiosos, se pusieron muy contentos y dejaron de lado la violencia. Cuando ambas comunidades vieron a la gente rezando en la calle, especialmente a las mujeres con sus vestidos tradicionales, no fueron capaces de hacer nada malo”, recuerda Agarwal.
Después de rezar frente al templo durante tres días consecutivos, la policía y los miembros del Parlamento prometieron identificar a los vándalos y se comprometieron a restaurar el templo para devolverlo a su estado original.
En una zona poblada en su mayoría por musulmanes, muchos hindúes tenían miedo de participar en las oraciones y en la procesión que se celebró el tercer día. “Fui la primera mujer en interactuar con un hombre musulmán. Me ofreció dulces y una guirnalda. Esto es lo que me ha dado el KAICIID: el poder de interactuar sin miedo con otras comunidades”, dice Agarwal.
La respuesta pacífica de la comunidad hindú a estos actos de vandalismo dio lugar a manifestaciones interreligiosas. Los musulmanes se acercaron a llevarles comida, agua y flores, y se unieron a ellos en paz. Con la colaboración de miembros de ambas comunidades religiosas, después de casi una semana de tensiones, se restauró el templo y se recuperaron las imágenes.
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