Entre las reglas generales que controlan la religión en todas sus divisiones está la justicia. En la creencia, Dios Todopoderoso es justo y no tiraniza, y en los actos de culto, Dios no carga a un alma más allá de su capacidad. En los tratos, existe un equilibrio entre los derechos mutuos. En la política legal, justicia social, y en las decisiones familiares, justicia de género.