¿Qué es el diálogo?
El diálogo, en general, es un proceso que implica la consulta mutua en busca de un entendimiento común a través de la escucha activa y compasiva para descubrir las similitudes y comprender las diferencias en las diversas perspectivas y puntos de vista. El diálogo no es una simple conversación, ni un debate. No se trata de convencer a los demás de que estén de acuerdo con el propio punto de vista ni de convertirlos. El objetivo del diálogo es superar los malentendidos y disipar los estereotipos para promover el entendimiento mutuo.
El diálogo consiste en desarrollar un respeto mutuo para construir relaciones sostenibles. El diálogo se centra en aclarar tanto las similitudes como las diferencias sobre cualquier tema entre dos personas o grupos de personas. Construye puentes entre quienes son diferentes entre sí. Transforma las relaciones humanas de un estado de ignorancia o intolerancia a un estado de comprensión más profunda y respeto por lo que se comparte y lo que no.
¿Qué es el diálogo interreligioso/interconfesional?
El diálogo interreligioso (también llamado a veces interconfesional) sigue la misma definición que la anterior, pero con una diferencia: este diálogo tiene lugar entre personas de diferentes orígenes religiosos que buscan aprender más unas de otras.
El diálogo interreligioso no consiste en ganar adeptos o en una discusión teológica. Se trata de descubrir las similitudes y las diferencias entre los diversos puntos de vista religiosos/confesionales como medio para establecer la confianza y construir una comunidad de propósitos comunes más allá de las fronteras religiosas.
A través del diálogo interreligioso, las comunidades religiosas pueden superar las diferencias percibidas y reales para abordar colectivamente los retos de sus contextos locales, nacionales, regionales o mundiales, como la incitación al odio, la injusticia o la degradación del medio ambiente.
Los 10 principios del diálogo
1 Establecer un espacio seguro
Un espacio seguro es un entorno inclusivo en el que los participantes pueden compartir sin temor a ser juzgados o discriminados
2 Acordar que el objetivo principal del diálogo es el aprendizaje
Los participantes deben abordar el diálogo con la intención de aprender sobre los demás, así como sobre sus propias percepciones
3 Utilizar habilidades de comunicación adecuadas
Habilidades como escuchar y compartir con respeto y hacer preguntas de forma constructiva son esenciales para crear un entorno seguro para el diálogo
4 Establecer reglas básicas adecuadas
Las reglas básicas elaboradas y acordadas por los participantes garantizan un entorno seguro y constructivo.
5 Asumir riesgos, articular los sentimientos y confrontar las percepciones con honestidad
Los participantes comparten la responsabilidad de escuchar con una mente abierta cuando los demás expresan sus pensamientos y sentimientos y deben estar dispuestos a compartir los suyos.
6 Dar prioridad a la relación humana
El diálogo se basa en la construcción de relaciones y la confianza para abordar los retos comunes. Cuanto más invirtamos en construir la relación, más fácil será abordar las cuestiones difíciles.
7 Abordar gradualmente las preguntas difíciles y establecer lentamente la distancia con ellas
Abordar las preguntas difíciles a menudo hace que los participantes se emocionen. Por lo tanto, hay que ir descendiendo poco a poco de estos temas "más profundos", abordando los más ligeros tanto al principio como al final del diálogo.
8 No tratar de eludir los temas difíciles
Es normal que el diálogo pase por etapas difíciles. Es fundamental dejar que afloren las diferencias y los desacuerdos para que se produzca una comprensión más profunda y, eventualmente, incluso se pueda ayudar.
9 Esperar ser transformado
Si esperamos que el diálogo dé lugar a una relación transformadora sostenible, tenemos que esperar ser transformados. Lo que se transformará no son nuestros valores ni nuestros principios, sino la forma en que percibimos a los demás y los temas que se debaten.
10 Llevar la transformación a los demás
El diálogo debe ser sostenido. Los participantes deben pensar juntos en cómo llevar las perspectivas recién descubiertas a sus comunidades y a su vida cotidiana.
¿Por qué necesitamos el diálogo?
Todos los días nos encontramos con diferentes tipos de personas. A veces, estas diferencias provocan malentendidos cuando el aspecto, las creencias o las prácticas de otras personas difieren de las nuestras.
Nos preguntamos: "¿Por qué hacen eso? ¿Cómo pueden creer eso?". Si desechamos estas diferencias con demasiada rapidez, no logramos comprender a los demás por lo que son. De hecho, a menudo esperamos la aceptación sin concederla a los demás. El diálogo es el respeto incondicional al otro en la búsqueda de un entendimiento y un propósito común.
Al dialogar con otros que son diferentes a nosotros, podemos discernir las fuentes de tensiones o conflictos y, al aceptarlas, recurrir a las similitudes universales que compartimos para abordar los retos comunes. El diálogo nunca se orienta hacia la uniformidad de opinión y expresión. Refleja y hace realidad el principio de unidad en la diversidad.