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Un grupo scout involucra a cientos de jóvenes tunecinos en una iniciativa contra el discurso de odio
Un grupo scout tunecino está ayudando a los jóvenes a combatir de modo activo el discurso del odio en una sociedad en la que las desigualdades sociales y los grandes cambios políticos han alimentado las tensiones y los conflictos en los últimos diez años.
"Unidos contra el discurso del odio" es un proyecto inclusivo dirigido a un amplio grupo de jóvenes. Fue impulsado por el grupo local de scouts Imam Lakhmi, de la Organización de Scouts de Túnez, que forma parte de la Organización Mundial del Movimiento Scout, que es uno de los aliados del KAICIID.
La iniciativa fue apoyada por el KAICIID a través de su Proyecto Dialogue60, que promueve el diálogo y la cooperación interreligiosa e intercultural en la región árabe.
"Este proyecto es muy relevante para el contexto tunecino, ya que concreta las enseñanzas del escultismo sobre la ciudadanía activa", comenta el consultor del proyecto Dialogue60, Amel Jabrane. "En un contexto posrevolucionario en el que la juventud tunecina se ve amenazada por las opiniones extremistas y el discurso del odio, los proyectos similares que promueven la educación ciudadana común representan un mecanismo sólido para contrarrestar las manifestaciones violentas."
"Unidos contra el discurso del odio" ha contado hasta ahora con 210 participantes, entre los que se encontraban adultos de hasta 35 años y niños de hasta cinco, tanto scouts como no scouts, en la zona de Sfax, en la costa oriental del país, al sur de Túnez. Además, otras 1.220 personas se han unido a las actividades del proyecto en línea.
"Nuestro objetivo era ayudar en la formación de los jóvenes para abordar la cuestión de la violencia y el extremismo de base religiosa mediante el conocimiento de este fenómeno, basado en su estudio y análisis, así como en el debate y el diálogo", afirma Anis Drira, dirigente scout y coordinador del proyecto.
"Decidimos alejarnos de las actividades más tradicionales y típicas diseñando una serie de iniciativas destinadas a formar a los jóvenes para que sean embajadores de la paz en sus comunidades locales y a involucrarlos positivamente en las distintas etapas del trabajo: queremos que sean activos en la elaboración de mensajes y no receptores pasivos".
El proyecto respondía a una necesidad urgente de proteger a los jóvenes de los mensajes de odio y división de los extremistas y las distintas facciones políticas.
Desactivar una bomba de relojería
"Desde finales de 2010, Túnez ha experimentado una serie de importantes transformaciones políticas y sociales que, si bien han reforzado el sistema de derechos humanos, en particular el derecho de los ciudadanos tunecinos a la autodeterminación y la libertad de expresión, también han contribuido a la aparición de una peligrosa retórica extremista, que llama al odio y la intolerancia", explica Drira.
El fácil acceso a las redes sociales ha hecho que los jóvenes sean especialmente susceptibles a la retórica y las narrativas de odio, añade.
"Algunos líderes y facciones se han aprovechado de ellos para alimentar el odio y la división social", explica Drira. "Esto ha sucedido por la falta de programas de concienciación y de acción en general, por parte de las instituciones de educación y entrenamiento. Los jóvenes se han convertido en una bomba de relojería, que puede ser controlada y utilizada para librar una guerra contra la paz y la estabilidad social."
Por esta razón, "Juventud contra el discurso del odio" se dirigió también a los educadores y formadores, así como a los niños.
Los mensajes se dirigieron a quienes trabajan con los jóvenes, directa e indirectamente, como maestros, profesores y asesores juveniles, prestando especial atención a los niños de entre 5 y 15 años, debido a la creencia de que los valores de la ciudadanía común deben enseñarse a una edad temprana.
El arte y la artesanía como vías para la paz
El proyecto, que abarca tanto la teoría como la práctica de las iniciativas contra el discurso del odio, se dividió en tres partes:
Los participantes comenzaron organizando una consulta basada en la idea de que el discurso del odio no puede limitarse a religiones o afiliaciones específicas. A continuación, se organizó una sesión de entrenamiento sobre el uso de tecnologías y plataformas modernas para elaborar contenidos que puedan utilizarse para contrarrestar el discurso de odio. Los participantes en el proyecto completaron la iniciativa a finales de marzo con una serie de talleres artísticos abiertos.
Esta "jornada de puertas abiertas interactiva" se diseñó para ofrecer a los participantes más jóvenes del proyecto un espacio para expresar de forma creativa sus opiniones sobre el discurso del odio mediante la pintura, la caligrafía, la artesanía, la música y la poesía.
La estudiante de 19 años Mariem Kchaou participó en dos de los talleres.
"En nuestras comunidades, los jóvenes son a menudo víctimas del discurso del odio y no tienen realmente derecho a hablar y expresar sus pensamientos y sentimientos", dijo.
"En estos talleres he aprendido muchas cosas nuevas que puedo necesitar en el futuro", añadió Kchaou, líder scout.
"Por ejemplo, algo que nosotros, los jóvenes, podemos hacer para contrarrestar el discurso del odio es utilizar los medios sociales para difundir valores positivos y el amor entre los miembros de la sociedad".
Los medios sociales, un arma de doble filo
Además de las actividades presenciales, el proyecto incluyó una campaña en los medios sociales de Facebook y YouTube en la que participaron 14 activistas de la sociedad civil y que contó con el apoyo de nueve periodistas de medios de comunicación relevantes, así como de miembros del movimiento scout tunecino y árabe.
Hubo tres emisoras de radio locales que promovieron el proyecto cubriendo sus actividades, mientras que varias organizaciones tunecinas de protección de la infancia y la juventud participaron en la campaña en los medios sociales.
"Lanzar una campaña en línea para luchar contra la violencia y el extremismo era uno de nuestros principales objetivos", explica Drira.
"Si bien las plataformas y herramientas de los medios sociales pueden contribuir a la difusión de los discursos del odio, también pueden servir como incubadoras de campañas contra todas las formas de violencia y extremismo, especialmente porque son muy populares entre los diferentes grupos de edad, los jóvenes en particular, y son rápidas y fáciles de usar."
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