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Celebraciones religiosas en confinamiento: rezar y practicar de maneras inusuales
A medida que los gobiernos de todo el mundo han ido imponiendo reglas de confinamiento y han aplicado medidas de distanciamiento social para luchar contra la pandemia de COVID-19, ha habido importantes festividades religiosas que se han tenido que celebrar de un modo poco habitual en estos meses de abril y mayo de 2020.
Se han celebrado algunos rituales importantes y momentos de oración en casa, ya que las comunidades religiosas recurren a plataformas digitales como Zoom y Skype para celebrar los Séder de Pésah, las comidas iftar y las sesiones de meditación para los budistas durante el Vesak.
Las comunidades musulmanas celebrarán el festival de Eid al-Fitr este fin de semana, marcando el final del mes más sagrado del Islam. El Ramadán, un período de reflexión y sacrificio, trata igualmente sobre la comunidad - pasar tiempo con los amigos y la familia y proveer a los necesitados.
Las personas practicantes suelen reunirse para rezar congregadas y la familia y los amigos rompen juntos el ayuno de cada día durante las comidas iftar, a veces en grandes grupos, en la mezquita local. Pero la pandemia ha afectado a la mayoría de estas tradiciones.
El distanciamiento social - un "acto de amor y protección"
Aunque muchos de los aspectos colectivos del Ramadán han sido cancelados este año, la becada del KAICIID Heba Salah, de Egipto, comenta que Zoom es "nuestro héroe" en este tiempo de cuarentena.
Salah ha utilizado la plataforma en línea para conectarse con un grupo de amigos y mantener el sentido comunitario durante los rituales del Ramadán. "Es el primer Ramadán desde hace muchos años en el que se está en casa con la familia las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Este encuentro en línea con los amigos nos ha emocionado un poco a los cuatro", dice.
Admite que, a veces, los cambios en los rituales del Ramadán han sido difíciles. "No puedo negar que albergo sentimientos de tristeza, especialmente si no funciona para reunirnos en la oración del Eid. Sin embargo, la religión da prioridad a la seguridad de la humanidad sobre cualquier otra cosa."
Salah dice que el distanciamiento social le ha enseñado a ella y a otros a mostrar amor por los amigos y la familia de manera práctica, enseñándoles "nuevos niveles de amor" ya que "acordar no reunirse o juntar a los miembros de una familia también es un acto de amor y protección en sí mismo".
"Una nueva dimensión de la espiritualidad"
Tarafa Baghajati, copresidenta de la Plataforma de Cristianos y Musulmanes de Viena y miembro del Consejo de Liderazgo Judío-Musulmán apoyado por el KAICIID, también cree que las celebraciones del Ramadán de este año han presentado nuevas oportunidades y desafíos para las familias.
A medida que el brote de COVID-19 se fue extendiendo, Baghajati publicó una serie de vídeos en su página de Facebook y en su canal de YouTube, informando a sus 15.000 seguidores sobre cómo pasar el mes de Ramadán en estos momentos de incertidumbre. Baghajati también ha publicado extractos de sus sermones de oración de los viernes a sus seguidores, ya que los cierres han continuado.
"Hay muchas iniciativas en línea para ayudar con las lecciones de Corán y las lecciones de teología en Zoom y otras plataformas", comenta Baghajati. "Éstas son obviamente muy importantes ahora, pero no pueden reemplazar la espiritualidad que los musulmanes reciben en sus reuniones comunitarias y Jummah [oraciones de los viernes]".
"A la vez, el encierro supone una mayor espiritualidad entre padres e hijos", explica. "Esto podría darnos una nueva dimensión sobre la espiritualidad de la religión y la comunicación dentro de la familia. A través de esta crisis podría haber algunas ventajas para nosotros en el descubrimiento de nuevos e importantes asuntos en nuestra vida."
"Lo importante es estar juntos"
Como Salah y Baghajati, hay otras personas religiosas, en todas partes del mundo, que se están adaptando al virus de formas nuevas y creativas.
En abril, la comunidad Yazidi canceló su fiesta tradicional de año nuevo, pidiendo a los fieles que se quedaran en casa y que celebraran con sus familiares directos. Esta orden supuso un cambio significativo, ya que miles de yazidis suelen celebrar Çarşema Sor reuniéndose en el santuario sagrado de Lalesh, en el norte del Iraq. Este año, los rituales como colorear huevos, rezar y encender velas se hicieron en casa o virtualmente, con amigos y familiares.
Frente a desafíos similares, los templos budistas se acercaron a sus fieles con campañas de medios sociales específicas durante el Vesak, que conmemora el nacimiento, la iluminación y la muerte de Gautama Buda. Con el hashtag #WesakatHome, se animó a los budistas a publicar fotos de sus rituales diarios como medio para mantenerse conectados durante la cuarentena. Los templos también ofrecían sesiones de meditación en línea y clases de cocina en vivo para que los adoradores pudieran preparar juntos comidas tradicionales.
En Brasil, el rabino Guershon Kwasniewski, becado del KAICIID, dirigió la primera cena virtual del Séder en su sinagoga en honor a la Pascua o "Pésaj". Los miembros y el personal de la sinagoga participaron juntos a través de Zoom, mientras que los que no eran miembros pudieron ver una transmisión en vivo a través de Facebook.
Según el rabino Kwasniewski, los asistentes se adaptaron rápidamente a la celebración virtual. "Al principio, era difícil pedir a la gente que cerrara los micrófonos, todos querían hablar, saludarse. La gente realmente quería conocerse, verse y hablar con los demás. Lo importante, más allá del contenido, era estar juntos".
La sinagoga del rabino Kwasniewski ha desarrollado una gama de actividades digitales durante el COVID-19, que incluyen transmisiones en directo de servicios religiosos, una conmemoración virtual del Día del Holocausto, oraciones especiales y clases de Torá en línea.
"La idea es dar elementos culturales a los miembros y a los no miembros que puedan encontrar contenido judío, para seguir alimentando sus vidas culturales y espirituales", explicó el rabino Kwasniewski.
"Todo requiere una relación con la gente"
En Nueva York, el Dr. Nicolás Andre Kazarian, Oficial Ecuménico de Relaciones Ecuménicas e Interreligiosas de la Archidiócesis Ortodoxa Griega de América, celebró de manera similar las fiestas de Pascua en línea.
"Tengo una pequeña parroquia en el sur de Manhattan. No hacemos ningún tipo de servicio en vivo, pero muchos de mis compañeros de clero usan Facebook o YouTube para transmitir en vivo los eventos durante la Pascua", comenta Kazarian. "Lo que hemos estado haciendo es reproducir la experiencia espiritual de estar en la iglesia mientras nos quedamos en casa".
La parroquia de Kazarian ofrecía a los fieles enlaces a diez opciones diferentes de servicios virtuales en otras iglesias para que pudieran unirse a sus servicios el Viernes Santo, el Sábado Santo y el Domingo de Pascua.
"Algunas personas participan plenamente en el servicio - participan desde casa encendiendo velas, cantando, haciendo la señal de la cruz", explica Kazarian. "Incluso están reproduciendo las procesiones en este entorno virtual tratando de abrir sus casas al espacio sagrado de la iglesia. Tenemos una fuerte relación con la iconografía en la iglesia ortodoxa griega, y he visto a gente con sus pantallas abiertas y poniendo iconos y velas al lado."
Por todo el mundo, las iglesias también se han vuelto más creativas con otros elementos importantes de los servicios de Pascua - ofreciendo bendiciones sobre la marcha para las cestas de Pascua o la comunión para que los feligreses puedan permanecer aislados con seguridad en sus coches, y rociando agua bendita de acuerdo a las pautas de distanciamiento social.
Aunque el Dr. Kazarian reconoce que la creatividad y las plataformas digitales pueden ayudar a la gente más normal en un momento en el que muchos lugares de culto están cerrados, sabe que también les gustaría volver a la normalidad. "Hay una verdadera sed y deseo entre nuestros fieles de volver a la iglesia lo antes posible. Como somos una iglesia sacramental, para participar en la recepción de la santa comunión, bautismos y bodas, hay que hacerlo en persona." Y añade: "El uso de lugares virtuales es bueno como solución temporal, pero no se convertirá en una solución sostenible debido al compromiso físico de la vida de la iglesia. Aunque Zoom puede hacer estudios bíblicos, casi todo requiere una relación con la gente".
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