Un nuevo estudio, copatrocinado por el Centro Internacional de Diálogo (KAICIID) a través de su participación en la Asociación Internacional sobre la Religión y el Desarrollo Sostenible, identifica las oportunidades y los retos que supone la creación de alianzas con los actores religiosos locales en favor del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) n.º 16 de las Naciones Unidas: la promoción de sociedades justas y pacíficas.   

El KAICIID apoyó la presentación de un nuevo estudio esta semana, en el que se examinan las oportunidades y los retos que entraña la participación de los actores religiosos locales en diversas etapas del conflicto, incluyendo la prevención, la asistencia humanitaria, la mediación y la reconciliación.

Elaborado por la Iniciativa Conjunta de Aprendizaje, el estudio fue encargado por la Asociación Internacional sobre la Religión y el Desarrollo Sostenible en el marco de su trabajo sobre el ODS 16, que codirige el KAICIID. Las principales conclusiones se presentaron en un acto paralelo celebrado el 16 de julio en Nueva York, en coordinación con el Foro Político de Alto Nivel 2019 de las Naciones Unidas. El estudio, cuyo flujo de trabajo abarca a más de 40 organizaciones, es indicativo de la importancia de la cooperación internacional para la investigación y los proyectos que tienen por objeto alcanzar los ODS.

Según el estudio, en la última década, los actores religiosos locales han gozado de un creciente reconocimiento como protagonistas de la respuesta al conflicto; en efecto, a menudo prestan ayuda en zonas a las que las organizaciones internacionales tienen prohibido acceder. Además, gracias a sus redes y a su influencia, los actores religiosos han podido reclamar mayores derechos para las comunidades marginadas y vulnerables.

El Secretario General del KAICIID, Faisal Bin Muaammar, explica que los actores religiosos constituyen un excelente recurso para las organizaciones internacionales, ya que les permiten estar en contacto con comunidades que no tienen acceso a organismos humanitarios externos debido al miedo y a la desconfianza.

“El principio de solidaridad y el deseo de lograr la paz, la igualdad y la justicia son comunes a todas las religiones,” declaró.

“Motivados por estos grandes valores, los líderes religiosos de todo el mundo están movilizando a sus comunidades como mediadores y agentes del cambio. Es preciso reconocer su labor, así como su potencial. Si aprovechamos este increíble recurso, resultará más fácil derribar el muro del miedo y la desconfianza.”

Basado en el examen de diez estudios de caso de Asia meridional y África, el estudio extrajo las siguientes conclusiones:

• Se necesitan intermediarios que tracen un camino para las asociaciones locales y las organizaciones internacionales. Dichos intermediarios brindan capacidad y tienden puentes entre las necesidades locales y las prioridades internacionales.
• Los actores religiosos pueden servir de intermediarios entre los organismos humanitarios internacionales y las iniciativas comunitarias sobre el terreno. En muchos casos, es posible que los actores religiosos ya estén en contacto con funcionarios del gobierno y que puedan facilitar las presentaciones y colaboraciones con organizaciones intergubernamentales. También puede suceder lo contrario.
• Se requiere una capacitación y un seguimiento continuos en colaboración con los actores religiosos locales, ya que estos pueden carecer de la capacidad necesaria en ámbitos como las finanzas y la administración, así como en la ejecución de proyectos.

Para leer o descargar una copia del estudio, haga clic aquí.