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El primer Foro Interreligioso Virtual del G20 se reúne en un contexto de desafíos globales sin precedentes
Convocar una reunión mundial de líderes religiosos, responsables políticos, instituciones religiosas y otros expertos ya es un desafío suficiente en circunstancias normales, pero mucho más lo es en medio de una crisis mundial sin precedentes.
Aun así, el KAICIID y sus aliados, la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas (UNAOC por sus siglas en inglés), la Asociación Interconfesional del G20 y el Comité Nacional para el Diálogo Interconfesional e Intercultural de Arabia Saudí, presentaron con éxito la primera encarnación virtual del Foro Interreligioso del G20, el 13 de octubre, con una sesión plenaria de apertura seguida de tres mesas redondas sobre la lucha contra los discursos de incitación al odio, la protección del patrimonio cultural religioso y la lucha contra la esclavitud moderna.
Durante los próximos cinco días, 1.000 participantes de destacadas instituciones religiosas y organismos intergubernamentales debatirán sobre los problemas más acuciantes a los que se enfrenta la comunidad mundial -el hambre, la pobreza, la crisis sanitaria mundial, las desigualdades y el cambio climático- con el fin de aportar recomendaciones a los líderes políticos que se reunirán en la próxima Cumbre del G20, que este año tendrá lugar en el Reino de Arabia Saudí.
Aunque éste es el séptimo Foro Interreligioso anual, los organizadores se vieron obligados a replantearse el evento desde el punto de vista conceptual y práctico debido al COVID-19. No sólo llevaron el evento a Internet, sino que ajustaron el programa para reflejar las extraordinarias circunstancias a las que se enfrentan las comunidades y los países de todo el mundo.
Al dar la bienvenida a los asistentes, los ponentes hicieron hincapié en que no se trataba de un evento aislado, sino de un proceso continuo.
Ese proceso, dijo el Secretario General del KAICIID, el Excmo. Sr. Faisal bin Muaammar, al inaugurar el Foro, comenzó en julio con una consulta entre dirigentes religiosos, expertos confesionales y líderes políticos de la Región Árabe.
"El 'Camino a Riad', como yo lo llamo, se ha abierto camino a través de Asia, América del Norte, América Latina, Europa y Oriente Medio en una serie de consultas sin precedentes sobre algunos de los desafíos más apremiantes en la esfera del desarrollo humano", dijo.
Cada región, añadió, ha tenido diferentes desafíos y respuestas, pero había un tema bien claro: los líderes religiosos ya están a la vanguardia de la ayuda humanitaria y, cada vez más, de las cuestiones de desarrollo sostenible. Por esta razón, bin Muaammar sugirió que el Foro Interreligioso del G20 sea considerado en el futuro como un Grupo de Compromiso Oficial del propio G20.
Tanto los representantes de organizaciones intergubernamentales como una serie de instituciones religiosas pudieron ponerse de acuerdo en la mayoría de los puntos, ya que sus discursos adoptaron tonos similares y tocaron puntos de interés común.
Cada uno de ellos habló de abordar el papel de la religión en la consolidación de la paz y la prevención de conflictos, de hacer frente a la crisis del COVID-19, del empoderamiento de las mujeres, los jóvenes y las personas vulnerables, de las amenazas del cambio climático y de la reducción del riesgo de catástrofes naturales.
El Excmo. Sr. Miguel Ángel Moratinos, Alto Representante de la ONU, dijo que las Naciones Unidas se enorgullecían de su asociación conel KAICIID. Haciéndose eco de los sentimientos de bin Muaammar, dijo:
"Hemos sido testigos de cómo las organizaciones religiosas y nuestros líderes han encarnado los principios de no dejar a nadie atrás". Luchan por la justicia social y movilizan recursos para apoyar a los más difíciles de alcanzar. Los agentes religiosos tienen un historial de estar en primera línea cuando la crisis llega a casa."
La Excma. Dra. Amina J. Mohammed, Vicesecretaria General de las Naciones Unidas y Presidenta del Grupo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, reafirmó la importancia de las comunidades religiosas en el logro de la Agenda 2030. "Ustedes se han unido, procedentes de muchas religiones, para reafirmar nuestra fe compartida en la humanidad. También están dando forma al mundo mejor que necesitamos, un mundo más inclusivo, resistente y sostenible. Las Naciones Unidas están a su lado", dijo.
El Dr. Kezevino Aram, Director del Shanti Ashram y miembro de la Junta Directiva del KAICIID, recordó a los participantes que esta conferencia marca el comienzo de lo que podría conducir a un cambio transformador. "No es el 'camino a Riad sino los 'caminos desde Riad' los que guiarán nuestras conversaciones y nos ayudarán a descubrir el modo en que los frutos del diálogo se concreten".
Más allá de servir como metáfora, Riad y los anfitriones de Arabia Saudí del Foro ocuparon un lugar destacado en la preparación del evento y en su sesión plenaria de apertura.
Entre los distinguidos representantes del Reino de Arabia Saudí figuraban S.E. el Dr. Yousef bin Ahmed Al-Othaimeen, Secretario General de la Organización de Cooperación Islámica, y S.E. el Dr. Mohammad Al-Issa, Secretario General de la Liga Musulmana Mundial.
Todos destacaron la importante intervención del Reino en la lucha contra el COVID-19 y acogieron con beneplácito el tipo de diálogo interreligioso que ejemplifica el Foro Interreligioso del G20.
"Al examinar todos los esfuerzos del Reino de Arabia Saudí vemos el fruto de la cooperación y la coordinación entre las instituciones religiosas y gubernamentales internacionales y regionales", dijo Su Excelencia Abdullatif Al-Sheikh, Ministro de Asuntos Religiosos del Organismo de Seguridad del Estado.
En este espíritu de colaboración, cada orador se comprometió a utilizar sus plataformas de fe para ir más allá de las palabras e inspirar un cambio real y soluciones concretas a los problemas mundiales.
El Excmo. Sr. Jeque Abdullah bin Bayyah, Presidente del Foro para la Promoción de la Paz en las Sociedades Musulmanas, contribuyó con un poderoso discurso sobre la solidaridad interreligiosa.
“Aprovecharemos esta oportunidad para alzar nuestra voz contra las desigualdades estructurales como la discriminación, el racismo y el etnocentrismo. Los responsables de la formulación de políticas deben saber que hacemos un llamamiento a la tolerancia cero de la injusticia y de cualquier otra forma de práctica discriminatoria", dijo Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé, Arzobispo de Constantinopla-Nueva Roma y Patriarca Ecuménico.
En Europa, el Rabino Principal Pinchas Goldschmidt, Presidente de la Conferencia de Rabinos Europeos, dijo que su participación en el Consejo de Liderazgo Musulmán-Judío, apoyado por el KAICIID, se ha centrado especialmente en la discriminación y los discursos de odio en todas las comunidades.
"Estamos trabajando junto con todas las religiones, cristianos, musulmanes, judíos y personas sin fe para mantener los derechos humanos y la libertad de religión en Europa, porque sin eso no hay futuro para el proyecto europeo", dijo.
Contrarrestar el discurso del odio y usar los medios sociales como un espacio para el diálogo
Los panelistas de la sesión sobre la lucha contra las expresiones de odio coincidieron en que el diálogo, junto con una educación libre de prejuicios, era la clave para neutralizar el odio.
"Si queremos marcar la diferencia, debemos tratar de comprender las creencias de los demás. Eso no significa que tengamos que cambiar las nuestras y convertirnos a otra religión. Pero tenemos que hablar de otras creencias y comprender sus perspectivas, para poder ayudar a reducir la propagación de los discursos de odio entre las personas", dijo Su Excelencia el Gran Muftí Dr. Nedžad Grabus, de la Comunidad Islámica de Eslovenia.
Varios de los ponentes también señalaron la importancia de abordar las dimensiones de género en las coberturas en torno a los discursos de incitación al odio.
"Me ha sorprendido que una buena cantidad de expresiones de odio se dirija a cuestiones políticas, especialmente las destinadas a las mujeres", señaló la Rev. Susan Hayward, Asesora Superior sobre Religión y Sociedades Inclusivas del Instituto de la Paz de los Estados Unidos.
"A veces, el discurso critica a las mujeres que son honestas o se salen de lo que se consideran normas de género aceptables... ...porque la religión tiene algo que ver con la forma en que se entienden el género y las normas de género".
El patrimonio cultural religioso, la dignidad humana y el desarrollo sostenible
Asimismo, los ponentes de la sesión sobre el patrimonio cultural religioso sostuvieron que la educación era el núcleo de los esfuerzos para preservar el patrimonio cultural religioso. Específicamente, la educación que "promueve los valores universales, el diálogo, [y] que también trabaja en pro de los avances interreligiosos e interculturales", según Ana Jiménez, Asesora Política de la Alianza de Civilizaciones.
Las iniciativas relativas al patrimonio cultural religioso deben subrayarse mediante el respeto de los Derechos Humanos, con especial atención al artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (que establece que todas las personas tienen derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión).
Los ponentes también observaron que los países que poseen sitios de patrimonio cultural religioso tienen la responsabilidad de ocuparse de la protección de esos lugares sagrados al tiempo que trabajan en pro de los ODS.
"Al preservar el patrimonio cultural -y estamos hablando aquí del patrimonio cultural religioso- estamos trtando directamente del ODS 16 que es 'Paz, Justicia e Instituciones Fuertes'", dijo S.A.R. la Princesa Haifa al-Mogrin, Delegada Permanente del Reino de Arabia Saudí ante la UNESCO.
La trata de personas y la esclavitud moderna
En la tercera y última mesa redonda, los participantes abordaron la meta 8.7 del ODS, que tiene por objeto "poner fin a la esclavitud moderna y a la trata de personas", cuyo autor es el panelista Kevin Hyland, ex primer Comisionado independiente contra la esclavitud del Reino Unido.
“Este es un momento en el que deberíamos reflexionar sobre las decenas de millones de personas en todo el mundo que sufrieron durante años, o incluso toda una vida en estos estados de ansiedad, en la oscuridad de la trata de personas y la esclavitud moderna", dijo Hyland.
Los panelistas señalaron la necesidad de aumentar la participación de las sociedades civiles y las organizaciones religiosas que ya están trabajando arduamente para hacer frente a la trata de personas en sus propias comunidades, por ejemplo, mediante una línea telefónica de ayuda sobre la esclavitud moderna en el Reino Unido.
Según Dr. Michael H. Weninger, Miembro del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, aún hay que hacer más. La injusticia, la explotación y el abuso suelen estar profundamente institucionalizados debido a intereses económicos. Es necesario que los líderes religiosos cuestionen estas injusticias sociales, en particular porque suponen una cuestión fundamental de derechos humanos.
"La Conferencia Internacional sobre la Esclavitud del Siglo XXI declaró que la trata de seres humanos constituye una escandalosa ofensa a la dignidad humana y una grave violación de los derechos humanos fundamentales, en particular la explotación sexual de mujeres y niños", dijo.
Hyland añadió que las instituciones religiosas pueden liderar el camino para promulgar un cambio transformador.
"Requerirá una determinación extrema y un gran liderazgo, colocando a la gente al frente de la cola, especialmente a los que son vulnerables”, dijo. “Pueden ser personas de fe las que impulsen este programa, asuman la responsabilidad y pidan cuentas para que las generaciones futuras no tengan que ser explotadas".
El asesor superior del KAICIID, el Dr. Mohammed Abu-Nimer, reconoció que una reunión exclusivamente digital presentaba una serie de retos únicos.
"Necesitamos su creatividad para crear un oasis de esperanza e inspiración en medio de una crisis mundial sin precedentes", dijo.