El Centro Internacional de Diálogo con sede en Viena (KAICIID), lamenta la pérdida de Su Alteza Real, el Príncipe Saud Al-Faisal, ex Ministro de Asuntos Exteriores del Reino de Arabia Saudí y firme defensor de la paz y el diálogo. 

La Junta Directiva y el secretario general del KAICIID extienden sus condolencias al Custodio de la Dos Mezquitas Sagradas, el Rey Salman bin Abdulaziz Al-Saud, a la familia del Príncipe Saud y al pueblo de Arabia Saudí, afligidos por esta gran pérdida.

"Durante toda su vida, el Príncipe Saud Al-Faisal trabajó por la paz en Oriente Medio y en todo el mundo. Su apoyo y su fe en el diálogo como medio para lograr la paz fueron fundamentales en el establecimiento del KAICIID. Todos echaremos mucho de menos su sabiduría, humanidad y liderazgo", expresó el secretario general del KAICIID, Faisal Bin Muaammar.

El Príncipe Saud Al-Faisal fue un prestigioso diplomático que dedicó cuatro décadas de su vida a servir a su país como ministro de Asuntos Exteriores.  Su Alteza Real fue uno de los primeros defensores del concepto de un centro internacional que tendiera puentes entre los pueblos mediante el diálogo interreligioso e intercultural. En muchas ocasiones, expresó su apoyo al KAICIID y su compromiso con la construcción de puentes entre los seguidores de diferentes religiones. Creía profundamente en la importancia de promover los valores de la tolerancia, el entendimiento y el respeto, e impedir todo abuso que pudiera hacerse de la religión.

En la última reunión ministerial del Consejo de las Partes del KAICIID, celebrada en septiembre de 2014, el Príncipe Saud fue uno de los signatarios de la Declaración de Principios del KAICIID "In the Face of Conflict", una histórica declaración de condena de los conflictos violentos que sufre el mundo, especialmente la violencia cometida en nombre de la religión. Esa declaración indica las responsabilidades del Centro, de los líderes religiosos y de la comunidad internacional en general ante las situaciones de conflicto violento, especialmente cuando las vidas y los medios de sustento se colocan en situación de riesgo, y afirma el diálogo como camino hacia una paz duradera y la cohesión social.