Discurso del Director General KAICIID durante la ceremonia de inauguración de la Asamblea Interparlamentaria sobre la Ortodoxia

03 Junio 2015
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Sus Eminencias, Sus Excelencias, señoras y señores:                                   

Es un privilegio para mi dar saludar a los líderes religiosos y representantes parlamentarios de muchos países reunidos hoy aquí.

Felicito a la Asamblea por dos décadas de logros en cooperación parlamentaria internacional y por su colaboración con otros órganos intergubernamentales e interreligiosos.

Hoy hablamos de “Las comunidades históricas ortodoxas en Europa y en todo el mundo”. Algunas de esas comunidades históricas ortodoxas ven amenazada su existencia debido al extremismo y a la violencia en Oriente Medio. En el Centro Internacional de Diálogo, el KAICIID, trabajamos arduamente para apoyar soluciones pacíficas a esta amenaza.

Para apoyar la diversidad, la tolerancia y la cohesión social, instamos a los gobiernos a que recurran al poder de las comunidades religiosas como fuerza para el bien. Los valores religiosos y la cooperación religiosa en las relaciones internacionales nunca habían sido tan necesarios como ahora.

A través del diálogo, podemos construir un cambio sostenible y positivo para todos. Promoviendo el diálogo interreligioso e intercultural entre los líderes religiosos, podemos apoyar la paz, el pluralismo y la convivencia.

Esa es la visión que comparten nuestros Estados fundadores y es la base del Centro Internacional de Diálogo. El Centro es la primera organización intergubernamental del mundo dedicada a fomentar el diálogo interreligioso e intercultural. El Centro tiene ahora 3 años y fue fundado por Austria, Arabia Saudí y España. La Santa Sede es el Observador Fundador. También somos la única organización intergubernamental con una Junta Directiva multirreligiosa. La Junta incluye nueve destacados líderes religiosos que representan el budismo, el cristianismo, el hinduismo, el Islam y el judaísmo.

En esta iniciativa nos complace reconocer el valioso apoyo de Su Santidad el Patriarca Ecuménico de Estambul. Además, el Metropolitano de Francia, su Eminencia el  Metropolitano Emmanuel, es uno de nuestros muy apreciados y activos miembros de la Junta.

Señoras y señores, en el Centro tenemos la misión de construir puentes que enlacen diferentes visiones del mundo, diferentes grupos religiosos y culturales. Trabajamos como intérpretes, conectores y promotores. Nuestro trabajo es hacer posible un diálogo igualitario, abierto e imparcial donde nunca había existido.

Por ejemplo, estamos organizando una consulta interreligiosa en Atenas en colaboración con el Ministerio Heleno de Asuntos Exteriores, con representantes de las comunidades cristianas y musulmanas del Oriente Medio. La consulta es una oportunidad para considerar de manera abierta y honesta cómo el diálogo puede apoyar la diversidad y los derechos de los cristianos y otras minorías religiosas en el Oriente Medio.

La consulta forma parte del “Diálogo entre el islam y el cristianismo” que el Patriarcado Ecuménico ha iniciado en colaboración con organizaciones islámicas. Es un diálogo para facilitar la paz y la reconciliación. Este diálogo complementa la iniciativa del Centro “Unidos contra la violencia en nombre de la religión”. Esta iniciativa es impulsada por el compromiso de los líderes religiosos de todos los credos para defender la ciudadanía común de todas las comunidades religiosas del Medio Oriente y de todo el mundo. En noviembre del año pasado, el Centro convocó una conferencia interreligiosa en Viena. Los líderes religiosos de las comunidades cristiana, musulmana y otras comunidades religiosas minoritarias de Irak, Siria y la región de Oriente Medio hablaron con una voz para denunciar la violencia en nombre de la religión.

Hace unas semanas en Beirut celebramos un acto de seguimiento con varios líderes religiosos. Continuaremos este diálogo en Atenas en las próximas semanas.

Desde abril, apoyamos a la Oficina de la ONU para la Prevención del Genocidios en la puesta en marcha de un Plan de Acción de doce meses para reclutar a líderes religiosos de todo el mundo que deseen comprometerse personalmente en la lucha contra la incitación a la violencia que podría conducir a crímenes atroces.

Todos nosotros tenemos la responsabilidad de salvaguardar la diversidad religiosa y cultural. Debemos apoyar los derechos de las comunidades religiosas a continuar viviendo en paz y respeto en los hogares que han tenido durante siglos. Un sentimiento compartido de ciudadanía común en las sociedades plurales es de gran beneficio para todos nosotros.

Una vez más, felicito su labor en esta importante iniciativa y les deseo mucho éxito en la 22ª Asamblea General.

Gracias