El diálogo interreligioso es algo más que un intercambio de creencias: tiene el poder de transformar vidas. Para Preet Kaur Veygal, enfermera de 27 años en Singapur, su compromiso con el Diálogo Interreligioso ha cambiado sus aspiraciones profesionales y la ha inspirado a seguir un nuevo camino como consejera. Su viaje pone de relieve el impacto tangible del compromiso interreligioso, especialmente en sociedades diversas y multiculturales como Singapur.
La historia de la Sra. Veygal comenzó en 2017 cuando se unió a Sikh Sewaks Singapore, una organización religiosa juvenil comprometida con el servicio comunitario y la colaboración interreligiosa. Al principio, participó en eventos relacionados con el diálogo interreligioso a nivel local y regional, con el objetivo de aumentar la representación sij en los debates interreligiosos. Sin embargo, a medida que se implicaba más, se dio cuenta de que este tipo de diálogo no consistía sólo en aumentar la visibilidad, sino también en escuchar, aprender y fomentar el entendimiento mutuo.
El panorama religioso de Singapur es muy diverso. Más del 30% de la población se identifica como budista, el 20% como agnóstica, el 20% como cristiana y el 15% como musulmana. Las comunidades religiosas más pequeñas, como sijs, zoroastrianos, jainistas y judíos, representan menos del 1% de la población. En esta vibrante mezcla de religiones y culturas, la Sra. Veygal descubrió que los encuentros interreligiosos no sólo ofrecían una plataforma para compartir las perspectivas sijs, sino que también revelaban experiencias humanas compartidas por diferentes tradiciones religiosas.
Hablar con la gente, escuchar sus experiencias, sus valores, sus emociones, despertó en mí la curiosidad por comprender el comportamiento humano a un nivel más profundo», dijo. Me di cuenta de que estas conversaciones no tratan sólo de la fe, sino también de cómo las personas afrontan los retos de la vida y de cómo el diálogo interreligioso puede fomentar el bienestar emocional y psicológico».
Inspirada por estas interacciones, Preet se está formando para convertirse en consejera, con el objetivo de crear más espacios seguros en los que las personas puedan expresarse libremente. Ella cree firmemente que los jóvenes, independientemente de su religión, se enfrentan a dificultades similares, ya sea la presión académica, los retos laborales o las expectativas sociales.
Singapur es una sociedad muy competitiva, y los jóvenes de todas las religiones afrontan retos comunes. A través del diálogo interreligioso e intercultural, podemos compartir puntos de vista, ofrecer apoyo y encontrar soluciones juntos, subrayó.
Su compromiso con el diálogo interreligioso está en consonancia con el Programa del KAICIID para la región de Asia, que trabaja para reforzar el entendimiento interreligioso y la cohesión social en la región. Mediante el fomento de las conexiones entre las comunidades religiosas, el KAICIID apoya iniciativas que capacitan a jóvenes líderes como la Sra. Veygal para convertirse en catalizadores del cambio. A través de la formación, las plataformas de diálogo y los esfuerzos de capacitación, el programa amplifica las voces de los líderes interreligiosos emergentes que contribuyen a la paz y la armonía social.
Al animar a otros jóvenes a participar en el diálogo interreligioso, la Sra. Veygal insta: «Cuando empezamos a hablar de ciertos temas, empezamos a entender los retos a los que se enfrentan otras confesiones y culturas. Nos damos cuenta de lo interconectados que estamos y de que tenemos un papel que desempeñar apoyándonos mutuamente».
Su viaje subraya el poder del diálogo para dar forma no sólo a vidas individuales, sino también a transformaciones sociales más amplias. Al fomentar la comprensión y la empatía, el compromiso interreligioso sigue creando ondas de cambio positivo, conversación a conversación.