Durante más de 15 años, Albert Mbaya ha informado sobre la paz y la seguridad en su país natal, la República Centroafricana (RCA), que se ha enfrentado durante décadas a la agitación y la oposición de grupos armados.
A pesar de que el 6 de febrero se cumplió el cuarto aniversario del histórico acuerdo de paz, los periodistas locales siguen sufriendo amenazas a su seguridad. Informar con fiabilidad ha sido todo un reto en un país que se sitúa en la mitad inferior de la clasificación de la libertad de prensa debido a las presiones de la pobreza, la guerra civil y las influencias internas y externas.
Sin embargo, Mbaya, junto con una amplia franja de periodistas de la República Centroafricana, está luchando a través de la Red de Periodistas Sensibles al Conflicto, apoyada por el KAICIID, comprometiéndose con el rigor ético y fáctico, y contrarrestando el discurso del odio y la retórica divisoria con información constructiva y llamamientos a la unidad.
“El papel de los medios de comunicación es el de informar y contribuir a la educación cívica de la población local proporcionando información en tiempo real sobre las amenazas a la paz y la coexistencia", afirma Mbaya, que es uno de los miembros fundadores de la Red.
La Red, con sede en Bangui y conocida por su nombre en francés Réseau des Journalistes Sensibles au conflit et de la Prévention des Messages de Haine, presta apoyo a 400 periodistas locales dotándoles de conocimientos para contrarrestar los discursos de odio y promover la paz.
Cuenta con la ayuda de la Misión Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA), que forma parte del Departamento de Mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas, y de la Plataforma de Confesiones Religiosas de África Central (PCRC), que tiene amplia experiencia en mediar por la paz entre los grupos armados del país y los funcionarios electos.
Mbaya, que trabaja para medios impresos y audiovisuales, afirma que la Red amplió sus conocimientos sobre el contexto de seguridad de la RCA.
“Llevamos a cabo varias misiones de sensibilización contra los mensajes de odio que se propagaban por distintas provincias. Esto me permitió desarrollar un enfoque distinto del que siempre había pensado que debía tener", afirma.
Prevenir conflictos en el país contribuyendo a la lucha contra la incitación al odio es el objetivo más amplio de la Red, que forma parte de un plan de acción de dos años. Para lograrlo, la Red forma a los periodistas para que informen objetivamente sobre los conflictos y eviten alimentar el odio y las divisiones.
También acerca a los periodistas a las comunidades que cubren, ayudándoles a informar sobre los retos locales, amplificar las diversas voces y generar confianza como promotores de la paz.
No es tarea fácil, ya que viajar fuera de la capital implica importantes problemas de seguridad, especialmente para los representantes de los medios de comunicación.
A través de la Red, los periodistas hacen todo lo posible por reconocer primero y minimizar después esos riesgos.
“Es importante tener en cuenta que la República Centroafricana está afectada por una crisis política y militar desde hace tres décadas", explica Mbaye. "El trabajo de la Red nos lleva al terreno, donde somos conscientes de los riesgos a los que nos enfrentamos y por eso hemos creado puntos de contacto en más de diez prefecturas, con la idea de cubrir todo el territorio.”
Aun así, los periodistas que trabajan allí siguen expuestos a las amenazas a la seguridad.
“Antes de partir en una misión, nos tomamos nuestro tiempo para evaluar el nivel de riesgo en la zona y si nos damos cuenta de que es demasiado alto, podemos cancelar el viaje.Aun así, tenemos que aceptar que no podemos predecirlo todo y siempre habrá un margen de riesgo incontrolable", dijo Mbaye.
Selda Junior Bouté, redactora de Agora News, participó en una misión a la ciudad oriental de Baoro, donde milicianos armados mataron a civiles cristianos y musulmanes en los últimos años.
“La Red nos proporcionó los recursos que necesitábamos para viajar allí", recuerda. "Pudimos hablar con la población local, ser testigos de sus condiciones de vida y del trato que reciben. Esto es importante para comprender el contexto general".
Según Bouté, la conexión de la Red con el PCRC ha sido crucial para abordar una crisis que con demasiada frecuencia se achaca a las divisiones interreligiosas y no a la incitación al odio.
“La Red es muy importante y su trabajo ha contribuido realmente a frenar el odio. Hace que los periodistas se comprometan con la realidad de la crisis de la RCA y ayuda a la población a comprenderla y superarla.”
Bouté está convencida de que el ejemplo de otros países africanos que lograron superar conflictos internos en los que las divisiones religiosas y étnicas se utilizaron como instrumento de propaganda para propagar el odio puede ayudar a la Red a hacer un trabajo aún mejor en la RCA.
“Sería bueno que la Red obtuviera el apoyo necesario para organizar misiones de investigación en países que ya han atravesado crisis de este tipo, como Ruanda, la República Democrática del Congo o Costa de Marfil", afirmó.
Aunque mantiene la esperanza de que unos profesionales de los medios de comunicación mejor formados puedan ayudar a resolver los conflictos, Bouté es muy consciente de los retos a los que se enfrentan los periodistas locales. Además de los riesgos de seguridad, la escasez de recursos dificulta la producción de noticias de alta calidad y su difusión puntual.
"Trabajamos con aparatos anticuados, nuestros teléfonos no son los mejores y los audiovisuales que producimos a veces no son muy buenos. Al mismo tiempo, tenemos dificultades para hacer frente a los costes que supone desplazarnos a zonas remotas, algo en lo que la Red nos ha ayudado", explicó Bouté.
El KAICIID apoya a la Red como parte de un esfuerzo por implicar a los medios de comunicación en el diálogo en zonas de conflicto, una estrategia que hasta ahora ha demostrado su eficacia en la RCA.
“Hasta hace unos años, los periódicos del país estaban llenos de un lenguaje cargado y la forma en que se compartía la información realmente contribuía a la tensión", dijo Pietro Siena, director del Programa del KAICIID para África. "Por eso decidimos que trabajar para fomentar la información sensible al conflicto y a la religión era una condición previa para el éxito del compromiso de paz en el país”.
Su apoyo a la Red de Periodistas Sensibles al Conflicto no es el único ejemplo de los esfuerzos del KAICIID por implicar a los medios de comunicación en el diálogo interreligioso e intercultural en contextos frágiles.
El Centro también está formando actualmente a 27 periodistas de 11 países de la región árabe a través del Programa de Becas de Periodismo para el Diálogo.