El diálogo interreligioso es vital para superar las diferencias en un mundo cada vez más turbulento, según explica una nueva guía del Centro Internacional de Diálogo (KAICIID).
La publicación, Guía para el diálogo interreligioso: Salvar las diferencias y construir sociedades sostenibles, sirve de hoja de ruta para las personas y organizaciones que trabajan en el ámbito del diálogo y el diálogo interreligioso.
A través del análisis de los usos, métodos y beneficios de los enfoques dialógicos para las divisiones sociales, la guía pretende ser una introducción para los profesionales interreligiosos que buscan soluciones sostenibles a algunos de los problemas más acuciantes del planeta.
El documento, de 72 páginas ilustradas, está dirigido a líderes religiosos, miembros de comunidades religiosas y organizaciones confesionales, responsables políticos, ministros de gobierno y otros grupos con responsabilidades y agendas políticas.
Redactada de forma accesible, la guía también resultará atractiva para las personas que no estén familiarizadas con el diálogo interreligioso pero que tengan curiosidad por saber más sobre su potencial.
Tanto en la teoría como en la práctica, el diálogo es un medio de eficacia y eficiencia para lograr un cambio positivo. Es un enfoque creíble para encontrar un terreno común en situaciones conflictivas, y puede ayudar a rebajar las tensiones y evitar los conflictos.
Como explica la guía, el diálogo no es un debate, una discusión o un argumento. Mientras que éstas son formas de comunicación competitivas y divisivas, el diálogo es colaborativo y transformador.
Esto es especialmente cierto en el caso del diálogo interreligioso. Como se indica en la nueva publicación del KAICIID, el objetivo principal del diálogo interreligioso es reunir a personas de distintos orígenes, tradiciones, religiones, culturas e identidades en un espacio seguro y constructivo para descubrir las similitudes y celebrar las diferencias.
Al hacerlo, el diálogo interreligioso puede cambiar las perspectivas y ayudar a la gente a ver las diferencias religiosas y culturales como una plataforma de lanzamiento para encontrar soluciones a algunos de los problemas más duraderos del mundo.
Según la guía, el diálogo interreligioso es especialmente eficaz cuando las partes interesadas se identifican fuertemente con una creencia religiosa, los problemas se perciben como relacionados con las diferencias religiosas y las soluciones propuestas se ven obstaculizadas por las divisiones culturales, sociales o religiosas.
En la actualidad, el mundo se enfrenta a una serie de graves desafíos. El principal de ellos son las consecuencias del COVID-19.
Además de ser una catástrofe sanitaria mundial, la pandemia ha precipitado un aumento de los discursos del odio, el racismo, la discriminación y la xenofobia, según los expertos.
"La época de la pandemia es como la de los conflictos", afirma Anas Alabbadi, director adjunto de programas del KAICIID. "Cada grupo trata de proteger a los suyos, aumentan las sospechas sobre los que son diferentes, la gente tiende a simplificar la situación culpando al 'Otro'".
Como se señala en la guía, la pandemia también ha provocado un descenso del desarrollo humano, especialmente en los países más empobrecidos del mundo. Si añadimos las consecuencias cada vez más perjudiciales del cambio climático, está claro que hay que hacer más para proteger a las comunidades vulnerables.
Dado que la mayoría de las naciones del Sur Global no son seculares, el diálogo interreligioso tiene un importante papel que desempeñar. Ya sea administrando servicios sanitarios, proporcionando educación o distribuyendo ayuda humanitaria, las organizaciones confesionales son vitales en los estados en desarrollo. Por ello, el diálogo interreligioso debe ser la piedra angular de cualquier proceso que contribuya a la paz, la cohesión social y la estabilidad, dice la guía.
Guía del diálogo interreligioso: Salvando las diferencias y construyendo sociedades sostenibles anima a los lectores a acercarse a sus comunidades, desarrollando conexiones interculturales y fomentando la cooperación más allá de las fronteras religiosas y sociales.
Este tipo de acción de base es fundamental, pero el cambio también debe venir de arriba.
"El KAICIID trata de elevar y apoyar el campo del diálogo interreligioso, para llevarlo desde la base hasta el nivel político", dijo Alabbadi. "Por lo tanto, nos centramos en establecer relaciones entre los líderes de la sociedad de nivel medio, los actores religiosos y los responsables políticos".
Reforzando el punto de que los grupos religiosos no deben ser ignorados en el proceso de elaboración de políticas, la guía reflexiona sobre las fortalezas únicas que los líderes religiosos pueden aprovechar.
Mientras que los políticos tienen el poder de establecer leyes y configurar políticas que ayuden a las sociedades a avanzar de forma más sostenible, los líderes religiosos y las organizaciones confesionales tienen una conexión sin igual con miles de millones de personas. Por ello, el diálogo interreligioso es un componente vital en la construcción de la cohesión social y la paz, afirma la nueva publicación del KAICIID.
Basándose en los amplios conocimientos del equipo de expertos del Centro, la guía ofrece estudios de casos de diálogo interreligioso en acción. A través de ellos, la Guía del diálogo interreligioso: Salvar las diferencias y construir sociedades sostenibles ilustra los retos del mundo real a los que se enfrentan los profesionales interreligiosos, y cómo se superan estos obstáculos.
Un elemento fundamental es la labor de los facilitadores: personas que guían a los participantes interreligiosos a lo largo del proceso de diálogo, garantizando que se satisfagan las necesidades y se encaucen los debates en la dirección correcta. Según la guía, es igualmente importante contar con estructuras de apoyo más amplias.
La guía puede consultarse aquí y, para los lectores interesados en seguir desarrollando su diálogo interreligioso, el sitio web del KAICIID ofrece información, intercambio de conocimientos, lecciones y formación gratuita en línea.