Para construir un mundo más pacífico, equitativo y sostenible, el diálogo interreligioso es fundamental

22 Septiembre 2021

Con motivo del Día Internacional de la Paz de este año, un grupo de expertos líderes religiosos, culturales y de consolidación de la paz ha subrayado la importancia del diálogo interconfesional para lograr un futuro más equitativo y sostenible.

Celebrado el 21 de septiembre, el Día Internacional de la Paz aboga por un mundo libre de guerras y conflictos. Ahora que la pandemia mundial empieza a remitir y el planeta mira hacia una era posterior al COVID-19, este mensaje de armonía tiene una relevancia especial.

En los últimos dieciocho meses, las comunidades más vulnerables son las que más han sufrido. Con un acceso desigual a la asistencia sanitaria, han estado menos protegidas del virus, mientras que el aumento del discurso de odio y la discriminación les ha afectado de forma desproporcionada. Para empeorar las cosas, se ha producido un aumento del nacionalismo, el autoritarismo y la intolerancia a nivel mundial.     

 

La paz no puede ser pasiva

Estas consecuencias negativas de la COVID-19 socavan los esfuerzos para fomentar la paz, señala S.E. Faisal Bin Abdulrahman Bin Muaammar, Secretario General del KAICIID, en una declaración de apertura de la reunión virtual de esta tarde.

"La paz no es pasiva, surgida de la simple ausencia de conflicto. La paz es activa, transformadora. Nos llama a la acción en los numerosos frentes que se van a debatir hoy, sobre el cambio climático, la violencia de género y la desigualdad y la justicia económica".

Abordar estos problemas sistémicos requiere la colaboración, sobre todo entre las religiones y las instituciones religiosas. Cuando los líderes religiosos y sus seguidores se unen en cooperación, se pueden encontrar soluciones a los problemas comunes más acuciantes. Bin Muaammar dijo que esto se ha ilustrado durante la pandemia, ya que los líderes religiosos se unieron en todo el mundo para disipar las peligrosas teorías conspirativas y fomentar comportamientos seguros frente al COVID-19.

La hermana Pai Ling Loh, mediadora religiosa y presidenta del Consejo Consultivo Budista de Malasia (MBCC), coincidió en que las organizaciones religiosas han desempeñado un papel fundamental durante la emergencia sanitaria mundial.

"Los líderes religiosos se han encontrado con un papel importante a la hora de ayudar a elaborar un procedimiento operativo estándar que ha ayudado a los fieles de diferentes confesiones a encontrar un terreno común".

Los líderes religiosos han desempeñado un papel especialmente importante en la promoción de la aceptación de las vacunas, añadió Ling Loh, abordando las preocupaciones de los fieles sobre la procedencia y la idoneidad religiosa de los nuevos medicamentos desarrollados. 

 

Desigualdad mundial en materia de vacunas

Aunque los líderes religiosos han contribuido a aumentar las tasas de inmunización en las comunidades religiosas, sigue existiendo un problema de desigualdad en las vacunas a nivel mundial. Mientras que las naciones ricas han podido producir suficientes dosis para proteger a grandes franjas de su población, los países menos desarrollados y más pobres se han quedado al margen.

Hasta el 15 de septiembre, más del 60% de los habitantes de los países de ingresos altos habían recibido una vacuna, según el Tablero Mundial para la Equidad de las Vacunas, frente a sólo el 3% en los países de ingresos bajos. No se puede permitir que esto continúe, dijo David Fernández Puyana, un célebre activista por la paz, los derechos humanos y la igualdad de género.

"Los Estados deben garantizar que los medicamentos estén disponibles, sean accesibles, culturalmente aceptables y de buena calidad. Los Estados desarrollados tienen la responsabilidad de [ayudar a los Estados más pobres] a través de la asistencia y la cooperación internacional".

Este sentido de la responsabilidad se enmarca en una obligación más amplia de hacer frente a la oleada de discriminación, estigmatización y odio que ha acompañado a la pandemia. Para lograrlo, hay que centrarse en un área vital, dijo Puyana: la educación.

 

Educación y clima

Construir la paz a través de la educación es el objetivo principal de la Universidad para la Paz, representada en el panel por el rector Francisco Rojas Aravena.

"En el Día Internacional de la Paz tenemos que reforzar la cultura de la paz y la no violencia. La confianza permite construir la cooperación, y la confianza se construye a través de la educación", dijo Aravena

Con la investigación y la enseñanza se pueden desarrollar conocimientos que ayuden a las comunidades a unirse para afrontar los retos comunes, el mayor de los cuales es el cambio climático. El planeta se está calentando a un ritmo alarmante, ejerciendo presión sobre los recursos naturales y cambiando la forma de utilizar la tierra. En algunas partes del mundo, estos cambios meteorológicos están profundizando las divisiones sectarias, creando nuevas tensiones y desencadenando enfrentamientos sangrientos.     

Para invertir esta tendencia, las organizaciones de la sociedad civil, los responsables políticos y los grupos religiosos deben trabajar juntos para buscar soluciones medioambientales, según se dijo en el seminario web.

"Tenemos que unirnos para poder tener un lenguaje común para ayudar a la Madre Tierra", dijo el Gran Padre T8aminik Rankin, antiguo Gran Jefe de la Nación Algonquina. "Cuando la Madre Tierra sufre, todos sufrimos. Nuestra Madre Tierra no es un negocio, necesita a sus hijos para curarse", añadió. 

 

Progreso en las bases

Tanto si se trata de combatir los efectos del cambio climático como de luchar contra los estragos del COVID-19, la colaboración de las bases suele ser la forma más eficaz de activismo. Inspirar, organizar y mantener la implicación y la defensa locales es a menudo el trabajo de los líderes religiosos, una función fundamentalmente importante, según se dijo en el seminario web.

"Si realmente queremos construir la paz en el mundo, debemos empezar por el [contexto] local", dijo el Dr. Amjad Mohamed Saleem, politólogo y director de programas de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

"Cualquier solución para construir la paz tiene que empezar en el ámbito local, y las organizaciones religiosas forman parte de ese proceso", añadió.