Hijo de inmigrantes chinos en Indonesia, Kris Tan creció bajo la religión confuciana. Se dedicó a una educación permanente en el confucianismo, desde la escuela primaria hasta la universidad, y ahora preside la Junta Central del Confucianismo Juvenil en Indonesia y representa a los confucianos indonesios en eventos interreligiosos en todo el mundo. "Ha sido la religión de nuestra familia durante muchas generaciones, y mi padre es uno de los pocos sumos sacerdotes confucianos de Indonesia", afirma.
En un país abrumadoramente musulmán, la misión de Kris Tan de mejorar las relaciones confucianas-musulmanas es especialmente importante. Según el Centro de Investigación Pew, en Indonesia hay más de 219 millones de musulmanes, que representan más del 87% de toda la población del país, y más del 12% del total de musulmanes del mundo.
Después de que Indonesia diera un giro político hacia una mayor apertura religiosa a finales de los años 90, menos de una década después, en 2006, el gobierno indonesio reconoció el confucianismo como religión oficial, junto al budismo, el cristianismo, el hinduismo y el islam.
Liderando el diálogo confuciano-musulmán
Una vez que el confucianismo se ha asegurado su asiento en la mesa del pluralismo de Indonesia, Kris Tan quiere ahora darle voz. Para ello, está encabezando los esfuerzos para optimizar las relaciones confucianas-musulmanas dentro de Indonesia mediante una colaboración con otros ex miembros musulmanes del Programa de Becas: Kamilia Hamidah, Suhadi Cholil y Muhammad Afdillah.
Los cuatro han unido sus fuerzas para crear escuelas de diálogo interreligioso en las que imparten formación sobre las relaciones confuciano-musulmanas. Ya han creado dos de estas escuelas, la primera en la ciudad de Malang, Java Oriental, y la segunda en Bogor, Java Occidental.
Los participantes en estos talleres formativos, que se celebran dentro de los templos confucianos, son estudiantes universitarios reclutados a través de las redes sociales. Los estudiantes tienen en común una buena disposición manifiesta, así como un alto grado de curiosidad por otras culturas y creencias. Aunque la sesión de apertura de los talleres se realiza en formato plenario, las sesiones de aprendizaje están dirigidas a los jóvenes musulmanes y confucianos.
A pesar del éxito que están teniendo esto talleres, Kris Tan se ha encontrado a veces con dificultades para involucrar a toda la comunidad musulmana. Muchos de los que proceden de entornos más estrictos no se sienten cómodos entrando en un templo confuciano, pues creen que va en contra de su propia fe.
“A veces, es difícil invitar a los musulmanes a venir a nuestro templo, o incluso a la iglesia, debido a los estereotipos y prejuicios", comenta. "Parte de la comunidad musulmana es muy conservadora.”
Kris Tan atribuye a su colega musulmana, Kamilia, el mérito de haber sido una fuerza decisiva para romper esas barreras, al acercarse a otros musulmanes y acogerlos en el programa de diálogo interreligioso.
Tras haber dedicado gran parte de su vida a elevar la fe confuciana dentro de la sociedad indonesia, KrisTan no tiene intención de aminorar sus esfuerzos. "El diálogo interreligioso es mi misión", afirma. Es una misión que sigue persiguiendo tanto en sus actividades académicas como profesionales.
Construyendo una comunidad interreligiosa
Como miembro de una comunidad minoritaria tan pequeña en Indonesia, cree que la labor de diálogo interreligioso es fundamental. Y a través de su tiempo como becado del KAICIID, ha aprendido mucho sobre el enfoque estratégico del diálogo interreligioso y sobre cómo adoptar una perspectiva para crear una única comunidad interreligiosa en el país a largo plazo. "Ese es uno de mis objetivos", afirma. "Por eso trabajo en el diálogo interreligioso". Kristan también está orgulloso de la singularidad de la filosofía confuciana, que le anima a involucrar a personas de todas las religiones y orígenes.
“Por ser confuciano, también soy cosmopolita. Eso es lo que son los confucianos: ciudadanos del mundo e hijos del cielo,” comenta.
Kristan espera ampliar estos valores compartidos a través de su trabajo para mejorar las relaciones confucianas-musulmanas en Indonesia. "El diálogo interreligioso es muy necesario en Indonesia. Por eso es mi misión", dijo. Está convencido de que, si se identifican los múltiples puntos que la humanidad en conjunto tiene en común, de acuerdo con las enseñanzas de Confucio, todos podrán verse conectados.
Kristan cree que la raíz de las guerras que tienen una dimensión religiosa es la falta de entendimiento entre un bando y otro. "Sin conocernos bien", dice, "nos vemos llevados a recurrir a los prejuicios y en los estereotipos. Creo que es importante solucionar esa circunstancia".