Cada día en Myanmar, miles de ciudadanos birmanos comprueban sus teléfonos para ver las actualizaciones de los medios sociales y las noticias. Sin embargo, lo que se ha convertido en una acción aparentemente rutinaria en la mayor parte del mundo, ha provocado años de violencia brutal y conflictos dentro de las fronteras del país.
Aunque había grandes esperanzas de paz y libertad bajo el gobierno civil que se estableció en el país en 2011, en Myanmar se ha dado un aumento de los discursos de odio y la desinformación dirigidos a las comunidades religiosas y étnicas.
En los últimos tres años, Facebook ha sido objeto de intensas críticas por parte de las Naciones Unidas, que alegaron que la plataforma permitió que el discurso de odio y el sentimiento nacionalista impulsaran una campaña de violencia contra la población minoritaria rohinyá del país en 2017, lo que provocó miles de muertes y ocasionó una crisis masiva de refugiados.
En noviembre de 2020, antes de las tensas elecciones políticas, la plataforma de medios sociales colaboró con organismos y expertos de la sociedad civil local, como Harry Myo Lin, experto nacional del KAICIID en Myanmar, para eliminar las publicaciones con información falsa que intentaban explotar las diferencias religiosas e incitar a más violencia.
"Estamos comenzando a ver una gran disminución de los discursos de odio y la desinformación en los medios sociales. Sin embargo, sabemos que todavía tenemos mucho trabajo por hacer para instruir a los ciudadanos birmanos en el uso de las plataformas digitales con fines pacíficos y para tener una firme comprensión de la alfabetización mediática", dijo Harry.
Como parte de estos esfuerzos, el KAICIID ha respaldado una serie de iniciativas de base en el país que ofrecen cursos y talleres sobre el uso de los medios sociales para la paz, la promoción del periodismo ético y la identificación de noticias falsas.
Más recientemente, el Centro prestó apoyo a dos organizaciones locales de la sociedad civil en el estado septentrional de Shan, en Myanmar, para impartir formación en materia de conocimientos básicos sobre los medios de difusión a 200 mujeres.
"Nos centramos en el estado septentrional de Shan porque es una zona remota, lo que dificulta el acceso de las organizaciones internacionales. Actualmente, los residentes están experimentando tensiones entre los grupos étnicos, razón por la cual decidimos trabajar con las organizaciones locales allí", dijo Harry.
Entre septiembre y diciembre de 2020, las dos organizaciones - Community Information Management (CIM) y Lashio Muslim Women Association - celebraron cursos de capacitación en 10 zonas diferentes, a los que invitaron a mujeres de diferentes orígenes religiosos.
"Nos centramos en las mujeres ya que ellas, especialmente ahora, están pasando más tiempo en Internet para encontrar noticias sobre los combates en la zona y la situación del COVID-19", dijo Sandy Aung, coordinadora del proyecto en Community Information Management (CIM).
En los últimos meses, los enfrentamientos entre los grupos armados en el estado de Shan han aumentado constantemente. Se ha vuelto a poner en peligro la seguridad de los civiles y han aumentado las denuncias de violaciones de los derechos humanos. Según Sandy, la región ha luchado durante mucho tiempo con el discurso de odio contra las minorías, así como con la desinformación sobre el conflicto.
En los cursos prácticos de formación sobre medios de comunicación, los instructores enseñaron a los participantes a definir las noticias, encontrar fuentes creíbles y verificar la información que se encuentra en línea, en particular antes de volver a publicar o añadir rumores peligrosos.
"La gente solía tomar decisiones, como huir de sus aldeas, sin comprobar las fuentes, por lo que es esencial que comprendan la alfabetización mediática. Ahora que han recibido esta información y saben distinguir las fuentes de las noticias, pueden verificar lo que ven en Internet", dijo.
Los participantes, en particular de las comunidades religiosas minoritarias de Myanmar, dicen que los cursos de formación en materia de medios de comunicación ya han marcado una gran diferencia.
"Antes de asistir a los cursos, ni siquiera me daba cuenta de si las noticias que veía en los medios sociales eran verdaderas o falsas. Una vez que asistí al curso de alfabetización mediática, aprendí a comprobar si todo lo que estoy consumiendo de los medios sociales es verdadero", comenta una mujer musulmana de 37 años de Lashio.
Jar Taung, una cristiana de 28 años de la aldea de Kah Chin en el municipio de Lashio, estuvo de acuerdo, y añadió que la formación ha sido útil para la vida cotidiana y la ha inspirado a aprender más sobre la alfabetización mediática.
"Ahora sabemos cómo comprobar la información que recibimos de Internet para poder ser más cuidadosos antes de compartirla con nuestros amigos", dijo.
Además de la verificación de las fuentes, los instructores también enseñaron a los participantes a asegurar sus cuentas de Facebook y otras redes sociales.
Phyu Phyu Win, miembro de la comunidad musulmana minoritaria de Myanmar y parte de la Asociación de Mujeres Musulmanas de Lashio, dice que conoce muy bien los peligros potenciales de las plataformas en línea.
"Es muy importante saber cómo proteger tu cuenta de Facebook, de lo contrario te enfrentarás al ciberacoso. La gente a menudo utiliza fotos de chicas en los medios sociales para tales fines", dijo.
"En el pasado tuvimos una falta de confianza entre las minorías en cuanto a las noticias de la zona porque había mucha desinformación en los medios sociales. Ahora que sabemos lo que es verdad y lo que es falso, podemos centrarnos más en la construcción de la paz entre nosotros", continuó Phyu Phyu Win.
En 2019, una encuesta de UNICEF realizada en 30 países, incluido Myanmar, reveló que "alrededor de uno de cada tres jóvenes dice que ha sido acosado en línea, mientras que uno de cada cinco informa que ha faltado a la escuela por ello". Tres cuartas partes de los encuestados dijeron que los medios sociales, incluidos Facebook y Twitter, son los lugares más comunes para el acoso en línea.
Harry dice que está ansioso por ver los efectos multiplicadores de las capacitaciones, así como por involucrar a más mujeres participantes en el futuro. "Fue bueno enfocar estos cursos hacia las mujeres porque muchas veces se las ignora a la hora de dar formación. Sin embargo, muchas de ellas, debido a su género y a menudo a su condición de minoría religiosa, han sido víctimas directas del discurso de odio y de la violencia".
"Ya hemos visto a muchas de las mujeres enseñando a sus padres, maridos e hijos sobre lo que han aprendido", continuó Harry. "Están bien preparadas para compartir este conocimiento con la gente que las rodea".