Los ciudadanos de Beirut ya se habían enfrentado al colapso económico, a la agitación política y a una pandemia mundial, cuando una explosión masiva arrasó la capital del Líbano hace tan solo cinco meses.
La detonación de nitrato de amonio en el puerto local el 4 de agosto emitió una onda expansiva supersónica, arrasando casi el 30% de la infraestructura de Beirut y rompiendo las ventanas de vidrio en hasta nueve kilómetros a la redonda.
Con la saturación en los hospitales y el desplazamiento de más de 300.000 residentes, la ciudad se vio sumida en una grave crisis humanitaria durante lo que ha sido un año inmensamente difícil.
Reconociendo la necesidad urgente, el equipo de la Región Árabe del KAICIID convocó a una red mundial de voluntarios y recursos. Junto con los aliados locales y la Plataforma Interreligiosa para el Diálogo y la Cooperación en el Mundo Árabe, apoyada por el KAICIID, que pone en contacto a algunos de los principales dirigentes religiosos, políticos y de la sociedad civil de la región, pusieron en marcha el proyecto "Be Beirut" (o ببيروت en árabe). En la actualidad, la iniciativa se centra en dos esferas fundamentales: el apoyo psicológico a las víctimas de la explosión y la reconstrucción de viviendas.
"Aunque el KAICIID no es una organización de socorro, estábamos decididos a responder y adaptarnos a las necesidades actuales de nuestra comunidad", dijo Maya Sukar, consultora de fomento de la capacidad del KAICIID en la Región Árabe y directora del proyecto para Beirut.
Sukar cree que la iniciativa es un testimonio de las asociaciones interreligiosas ampliamente difundidas en la región. "Los graduados de nuestros programas en la Región Árabe, como el programa de Medios de comunicación sociales como espacio para el diálogo, los becados del KAICIID, nuestro Foro de la Juventud Árabe, los participantes de nuestros cursos de capacitación para el empoderamiento de la mujer y nuestros aliados locales se movilizaron para prestar apoyo sobre el terreno".
De conformidad con el compromiso del KAICIID de respetar la diversidad y promover el diálogo interreligioso, el equipo de Beirut se dirigió a iglesias, mezquitas y hospitales. "Nos comprometimos con líderes e instituciones religiosas, grupos de jóvenes y de la sociedad civil y los alentamos a trabajar juntos como uno solo", continuó.
También elaboraron un plan de acción coordinado dirigido a las comunidades más vulnerables de Beirut y aseguraron la más estricta adhesión a las directrices de seguridad recomendadas para el COVID-19.
Curación de traumas para las víctimas de la explosión de Beirut
Lo primero en su lista fue proporcionar apoyo psicológico inmediato a las víctimas que todavía se tambaleaban por las secuelas de la explosión. El equipo de la Región Árabe del KAICIID comenzó apoyando a los miembros de la plataforma con sede en el Líbano a través de sesiones de curación de traumas, dando la bienvenida a diez hombres y nueve mujeres a la primera sesión.
Tras el éxito inicial del taller, el KAICIID se puso en contacto con otros miembros de las comunidades cristiana, drusa y musulmana del Líbano.
Los talleres sobre traumas se celebraron durante dos fines de semana consecutivos y asistieron 60 participantes, que fueron seleccionados mediante un proceso de solicitud en línea. Se pidió a todos los asistentes que presentaran resultados negativos de las pruebas de PCR antes de incorporarse a los talleres y que respetaran el distanciamiento social.
Los expertos en salud mental guiaron a los participantes a través de las intensas emociones que siguen a las situaciones de crisis, ayudándoles a comprender lo que sucede con la mente y el cuerpo, y ofreciéndoles consejos para encontrar el equilibrio y la curación.
Uno de los participantes, que pidió que se le identificara como S. A., dijo que los talleres sobre traumas de Beirut le ayudaron a superar su estrés mental y a volver a encontrar un sentido de sí mismo. En su calidad de refugiado musulmán sirio, que vivía cerca de la zona de la explosión, S. A. también apreciaba que las sesiones incluyeran a las diversas comunidades del Líbano.
"Durante la sesión, conocí a personas de diferentes religiones y culturas. Fue una experiencia enriquecedora, así como un ejercicio inspirador para escuchar y ser escuchado por otras personas de diferentes crianzas. Al principio tenía miedo de conocer a los demás, pero el enfoque del KAICIID me ayudó a evitar ese miedo al sentarnos juntos y comunicarnos", dijo.
Otra participante, Angela Wehbe, de la comunidad cristiana del Líbano, estuvo de acuerdo en que el taller de curación de traumas era "oportuno e importante", ya que muchos libaneses sufren de ansiedad mental que está afectando a su "vida y bienestar psicológico".
"No éramos conscientes de que las calamidades que hemos estado enfrentando han afectado nuestras vidas negativamente. Habíamos estado reprimiendo nuestros sentimientos. Las sesiones de terapia nos ayudaron a darnos cuenta de lo importante que es cuidar nuestra salud mental", añadió Wehbe.
Sukar dijo que el proyecto también planea llevar a cabo sesiones para niños en asociación con organizaciones locales e internacionales.
Limpieza de explosivos y reconstrucción de los hogares
Además de las sesiones de salud mental, los voluntarios de Beirut se dirigieron a los lugares de la explosión para limpiar los cristales rotos y los escombros, y ver cómo podían ayudar a las víctimas a reconstruirse físicamente.
Aunque la plataforma interreligiosa no es una organización de financiación, el equipo de la Región Árabe pudo trabajar con los aliados locales para encontrar donantes e identificar a los beneficiarios más necesitados.
"Establecimos un enlace entre los interesados/socios y los donantes y las organizaciones no gubernamentales que ya habían estudiado las zonas afectadas y obtenido datos de ellas desde que realizaron las evaluaciones de las necesidades. Sobre la base de nuestros criterios, recopilamos información sobre las víctimas de diversas religiones y orígenes, así como sobre los refugiados afectados", dijo.
Una de las organizaciones aliadas con el KAICIID, la Asociación de Desarrollo y Mejoramiento (Tanmiya Wa Tahseen), que es una ONG con sede en el norte del Líbano, envió a un experto en ingeniería voluntario para que realizara un estudio adicional de las viviendas dañadas y seleccionara varias para el proyecto de reconstrucción de Beirut.
"El Presidente de la Asociación de Desarrollo y Mejoramiento es un graduado del programa de Medios Sociales como Espacio de Diálogo del KAICIID", dijo Sukar.
"Seleccionamos cuatro familias vulnerables que necesitaban reparaciones en sus casas. El donante cubrió todos los gastos y el equipo profesional reconstruyó tres casas en las zonas de Mar Mkhayel, Basta Tahta y Karantina. Una casa adicional sigue en proceso de reparación", añadió.
Según Sukar, la red libanesa del KAICIID, en el marco de la Plataforma Interreligiosa para el Diálogo y la Cooperación en el Mundo Árabe, resultó crucial para reunir a los líderes religiosos y de la sociedad civil, así como a los aliados y los municipios locales que fueron clave para hacer avanzar el proceso de reconstrucción.
La oradora y el Equipo de la Región Árabe esperan que Beirut constituya el marco de una red sostenible a largo plazo en el Líbano, que se centrará en proyectos interconfesionales adicionales en los próximos meses.
"Be Beirut refleja el tejido social libanés con todas sus variaciones y colores", dijo Sukar. "Nuestra misión es construir una sociedad cohesiva, pacífica y desarrollada que defienda la dignidad humana de cada individuo".