El COVID-19 ha provocado una crisis sanitaria sin precedentes. Aunque los datos obtenidos hasta ahora muestren que su incidencia entre los más jóvenes pueda ser menor que a otras edades, éstos se están viendo muy afectados en términos económicos y sociales a causa de la pandemia. Según datos de las Naciones Unidas, en el mundo hay 1.200 millones de jóvenes entre 15 y 24 años, es decir, el 16% de la población mundial.
Sin embargo, y a pesar de las extraordinarias dificultades de esta situación, los jóvenes están formulando respuestas al virus a través del diálogo y de la cooperación con otras religiones. En este sentido, han aportado propuestas originales y efectivas, como la lucha contra las fake news y el discurso del odio en los medios sociales, y también han prestado servicios de ayuda y de sensibilización en sus comunidades locales.
Entrega de máscaras y kits portátiles para el lavado de manos en Camerún
A 15 de mayo, Camerún es el país que mayor impacto ha sufrido de COVID-19, con casi 3.000 casos confirmados y muchos otros sospechosos, según la Unión Africana. Este país también carece de acceso a tests y a equipamiento protector adecuado para el personal médico.
En respuesta a esto, Clement Awanfer Ngueto, presidente de Global Compassion, en Camerún, inició una recogida de fondos en línea para distribuir más de 2.000 mascarillas entre la población más vulnerable.
“En Camerún hay muchos ‘mototaxi’ que transportan cada día a cientos de personas, por eso sus conductores son muy vulnerables”, aseguró.
La organización de Awanfe es parte de la United Religious Initiative, que ha alentado a su red interreligiosa a tomar acciones comunitarias responsables como respuesta al COVID-19. Su equipo de 18 voluntarios recorre las calles animando al lavado de manosy ofreciendo un kit portátil con el que llevan agua y jabón allí donde es difícil su acceso. Este kit consiste en una estructura de hierro en donde insertar un bidón de agua conectado a un pequeño grifo y un recipiente para depositar el jabón.
“Pedimos a un herrero de nuestra comunidad que hiciera 10 estructuras. Las colocamos en lugares públicos y avisamos a la gente de los alrededores. Así pueden acercarse y lavarse las manos”, apunta.
Aproximadamente, unas mil personas se benefician de este kit portátil de lavado de manos a diario, ya que están disponibles para todo el mundo.
Reparto interreligioso de víveres en Pakistán
La pandemia de COVID-19 ha afectado especialmente a los más pobres en muchas sociedades, ya que se han visto sin recursos a causa del confinamiento o de la pérdida de sus trabajos. A pesar de los riesgos, en su búsqueda de los recursos más básicos para sobrevivir, muchos de estos grupos vulnerables han tenido que romper las medidas de distanciamiento social, lo que ha motivado un mayor número de infecciones y, en ocasiones, de estigmatización.
Como respuesta a esto, Shahid Rhemat, Director ejecutivo de la Youth Development Foundation, de Oakistán, ha organizado a un grupo de voluntarios que reparten cestas de alimentos y productos de higiene básicos entre los más necesitados, pero con el matiz de que deben hacerlo llegar a comunidades que no sean de su propia religión.
“Tenemos unos 212 voluntarios, que son jóvenes de distintas religiones y procedencias: musulmanes, cristianos, hindúes, etc.” asegura Rhemat. Los musulmanes deben repartirlo entre cristianos, los sij a hindúes, y así. “Con esto pretendemos que se cree un ambiente de confianza, diálogo. Y que todas las personas sean iguales en recibir esta ayuda, sin importar su religión”, añade Rhemat.
Hasta el momento han llegado a unas 400 familias y esperan poder llegar a unas 500 más. Además, destaca que “ante esta pandemia es importante promover historias positivas porque hay mucho lenguaje de odio en las redes y en el terreno”.
Un bingo para la paz en India
El discurso de odio dirigido a las minorías durante la pandemia de COVID-19 ha planteado un problema clave para los países de todo el mundo, incluso en la India, donde Saumya Aggarwal, de Youth for Peace International (YFPI), cuenta que el virus ha adquirido un "matiz religioso", y que los grupos religiosos se asocian erróneamente con la propagación de la enfermedad a través de los medios de comunicación social y los vídeos con noticias falsas.
"La falta de información y las noticias falsas conducen a un aumento del odio entre las comunidades", cuenta.
Para luchar contra ello, desde Youth For Peace International han aumentado su presencia en redes con iniciativas tan sencillas como el bingo “pequeños actos por la paz”. Hasta el momento, más de 150 jóvenes han compartido en redes esta imagen en donde marcan las acciones que tratan de llevar a cabo y que pueden ser generadoras de concordia, como colaborar como voluntario en alguna organización local, entablar amistad con personas de otras comunidades o conocer las enseñanzas de al menos dos religiones distintas a la propia.
Pequeñas acciones que contribuyen a generar sensibilización entre los más jóvenes y a crear un entorno pacífico, explica Aggarwal.
Sensibilización a través de los medios de comunicación antiguos y nuevos en Kenya
Con el fin de llegar a las comunidades más alejadas en Kenya y de concienciar sobre la gravedad del COVID-19, Philibert Aganyo, presidente de la Red Interconfesional de Jóvenes de Kenya, conjuga a la perfección la viralidad de las nuevas tecnologías con la capilaridad de uno de los medios de comunicación más antiguos.
Aganyo es miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y decidió utilizar su programa de radio sobre estudios bíblicos para transmitir mensajes con directrices sobre salud en los idiomas tradicionales. Dado el éxito de esta iniciativa, tiene previsto seguir concienciando a la emisora de radio local hasta el 31 de julio.
También ha recurrido a las plataformas digitales para llegar a los jóvenes. Utilizando citas de textos sagrados de las principales religiones, la campaña en medios sociales de Aganyo recuerda a la gente que siga las pautas de higiene y mantenga el distanciamiento social.
“Cada joven está de media unas 4 horas en redes sociales, ¿qué tal si utilizamos ese tiempo para enviar mensajes de esperanza y contra el coronavirus?”, propone.
Apadrinamiento telefónico en Argentina
En Argentina, el rabino Marcelo Bater, becado del Kaiciid de la Comunidad Dor Jadash de Buenos Aires (Argentina) aprovecha su tiempo en las redes, para fomentar el acompañamiento y la cercanía.
“Todos los días hago un directo en Facebook live con un mensaje de 10 ó 15 minutos. Interactúo con la gente y, en vivo, me responden. Mostrar cercanía es algo muy necesario”, asegura.
También, explica, es igualmente importante recordar la conexión con aquellos que no disponen de recursos digitales, como las personas mayores. Mientras organizaba a los jóvenes que se preparaban para su Bat Mitzva o su Bar, Bater preparó un programa de apadrinamiento que emparejaba a un joven con una persona mayor de su comunidad.
“Una vez a la semana, con sus padres, llaman a esa persona mayor para preguntarles cómo están, si necesitan algo, etc.”, cuenta Bater. “Se interesan por él y le hacen compañía. Porque esta pandemia ha golpeado mucho a los que están solos en casa”.