Más de 120 becados del KAICIID de todo el mundo han participado en una conferencia virtual sobre COVID-19 esta semana, en la que describieron un escenario bien realista de cómo la pandemia está afectando a sus respectivas comunidades, y describieron los esfuerzos realizados para mitigar sus efectos.
En la sesión, dirigida por Faisal bin Muaammar, Secretario General del KAICIID, los becados de África, la India, Pakistán, Europa y la Región Árabe ofrecieron testimonios convincentes sobre los desafíos que plantea el virus, las iniciativas que ellos y los dirigentes religiosos han emprendido para hacerles frente y las formas en las que algunas personas se han aprovechado de esta situación para marginar a otros.
"Es gratificante ver que nuestra red mundial de becados se compromete consigo misma y con sus comunidades locales a luchar contra los efectos de COVID-19", dijo bin Muaammar. "Sus esfuerzos e iniciativas interreligiosas y multirreligiosas, en particular los que evitan que la información errónea sobre la enfermedad se utilice para marginar a otros, son muy apreciados. El KAICIID continuará apoyando estos esfuerzos y agradece a sus becados y ex-alumnos por responder a nuestra llamada a la solidaridad y a la acción".
Esta conferencia coincide con los esfuerzos del KAICIID por identificar y apoyar, con financiación cuando sea necesario, las iniciativas de los becados que estén relacionadas con la lucha contra los efectos de COVID-19. Hasta el momento, se han identificado 26 proyectos, que van desde campañas en los medios de comunicación social para combatir la desinformación relacionada con la enfermedad, hasta la creación de una base de datos en línea de iniciativas interreligiosas, pasando por programas de atención a las personas más vulnerables en zonas aisladas.
Sin embargo, durante el período de sesiones fueron motivo de especial preocupación los informes de que la enfermedad está dando lugar a la falsa asociación de las minorías étnicas o los grupos religiosos con su brote y propagación.
"En la India, en particular en los medios de comunicación, hay mucho odio en torno a la religión", comenta el Dr. Bajarul Islam, becado de la India en 2016. "Tememos que el aumento de odio que ha sucedido tarde meses en revertirse, y ha afectado al trabajo interreligioso que estábamos haciendo hecho. Necesitaremos recuperar ese espacio, especialmente de aquellos que están vinculando el coronavirus a una religión o comunidad".
El testimonio del Dr. Islam fue repetido esta semana por Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, que condenó lo que dijo que era un "brote" de desinformación, discursos de odio y teorías de conspiración ligadas a la propagación del COVID-19 e instó a los responsables competentes a intensificar y ampliar los esfuerzos para educar y contrarrestar sus efectos.
Muchos becados se hicieron eco de esta cuestión y algunos de ellos describieron los esfuerzos por contrarrestar la desinformación relacionada con el COVID, en particular mediante la difusión de actos solidarios y la comprensión en los medios de comunicación social.
"Tenemos que desplegar un enfoque activo en el suministro de información sobre los medios de comunicación social, en particular a través del diálogo. Estos cambios deben ocurrir, de lo contrario nuestros jóvenes, que son los usuarios principales de los medios sociales, recibirán información errónea y asumirán los peores prejuicios", señala el Dr. Islam.
Durante la sesión, los becados reconocieron que las comunidades religiosas desempeñan un papel fundamental en la prestación de apoyo a los necesitados, así como en la educación de las personas sobre la importancia de la higiene, el distanciamiento social y la salud mental. Con el apoyo del KAICIID, los becados están involucrando a los líderes religiosos, llegando a las comunidades vulnerables, educando y reuniendo a las personas con medios digitales.
Muchos de los becados identificaron problemas comunes que afectan a todos los países y comunidades, como la negación de la existencia del virus, la renuencia a cambiar las prácticas religiosas para contrarrestar su propagación o la falta de acceso a la información. Los becados explicaron que trabajan para abordar estas cuestiones en sus localidades, pero subrayaron que los esfuerzos no tendrán pleno éxito sin la colaboración entre los gobiernos y los líderes religiosos.
Casi todas las religiones mayoritarias extraen un significado espiritual de los actos de culto comunitario, lo que en la situación actual puede conducir a la propagación de la enfermedad a causa de los contactos. Sin embargo, algunas comunidades de todo el mundo han tardado en adaptar las prácticas religiosas.
"Creo que necesitamos reorientar nuestras mentes", comenta el Dr. Habibat Oladosu-Uthman, becado de 2020 de Nigeria. "Tenemos que hacer saber a la gente el impacto que esto tiene para el presente y el futuro. Tenemos la sensación de que, si no nos congregamos, no estamos adorando. Esto no es cierto. Necesitamos poner más esfuerzos en educar a nuestra congregación".
Emiliano Stornelli, becado de Italia en 2019, acepta la necesidad de que las comunidades religiosas cumplan los protocolos gubernamentales destinados a contener la enfermedad, pero señala que había cuestiones en juego que tenían que ver con el respeto, al menos del principio de "libertad de culto". Es necesario que los gobiernos presten especial atención cuando planifiquen las políticas y la adaptación de las restricciones al culto a los niveles de la emergencia sanitaria local.
Para muchas comunidades, la clave para prevenir la infección es acudir a los líderes religiosos que más influyem en tiempos de crisis. Ellos juegan un papel clave en la difusión de información y en la educación de la gente sobre los peligros del Covid-19, y son colaboradores gubernamentales esenciales.
"Los líderes religiosos son líderes de opinión. Pueden influir en la gente. Es importante que los líderes religiosos se enfrenten a estos desafíos y los enfrenten. Esto no puede ser llevado a cabo solo por el gobierno. Está en sus manos educar a su congregación", dice el Dr. Oladosu-Uthman.
A pesar de los desafíos existentes, los becados del KAICIID de la Región Árabe informaron de un aumento de la colaboración interreligiosa en respuesta a la pandemia. Faris Kati, becado de 2019 de Irak, explicó que muchas ONG de afiliación religiosa han empezado a apoyar "no sólo a sus seguidores, sino a cualquier persona que necesite ayuda independientemente de su religión".
"Como consecuencia del COVID-19, hemos superado nuestras diferencias religiosas y nos hemos unido en la humanidad", cuenta Chaden Hany, becado del Líbano en 2018. "En lugar de rezar por sus propios seguidores, los líderes religiosos rezan ahora por toda la humanidad y el planeta Tierra", añade Zafer Nahas, becado de Siria en 2019.
El KAICIID seguirá apoyando la labor de sus casi 370 becados y ex becados actuales, procedentes de 67 países, en el apoyo de la promoción del diálogo, la protección de los más vulnerables y el fomento de la solidaridad bajo la sombra mundial del COVID-19.