Nacido en una familia de brahmanes hindúes y criado en un pequeño pueblo del norte de la India, la primera conexión significativa del Sr. Upadhyay con los musulmanes se produjo en 2008, cuando se matriculó en la Universidad Central Jamia Millia Islamia, en Nueva Delhi.
"Tenía 17 años y pasé de no tener amigos musulmanes a vivir en un hostal con estudiantes mayoritariamente musulmanes y a asistir a una universidad donde casi todos los profesores eran musulmanes. Ésa fue la primera vez que empecé a aprender sobre otras religiones y el poder del diálogo interreligioso", dijo.
La curiosidad de Mridul le llevó a estudiar el Corán y a ayunar durante el Ramadán. Los viejos prejuicios desaparecieron cuando aprendió sobre la fe de sus nuevos amigos. Poco a poco, su experiencia personal se convirtió en una misión de toda la vida para promover la paz y la coexistencia.
Mridul cofundó Juventud por la Paz Internacional (YfPI) en 2015. Esta red de jóvenes defensores de la paz utiliza la investigación, la promoción, la creación de capacidad y la acción directa para abordar la intolerancia religiosa y cultural, la incitación al odio a través de los medios en línea y los conflictos persistentes entre la India y Pakistán, entre otras cuestiones estructurales que agitan los conflictos e impiden la paz en la región y en sus alrededores.
Mediante sus programas formativos de capacitación, la organización ha instruido a casi 100 jóvenes de 14 países distintos en materia de transformación de conflictos y prevención del extremismo violento.
Además, el programa emblemático de divulgación comunitaria de la YfPI presta apoyo humanitario a una comunidad de 250 musulmanes rohingya que huyeron de la persecución en Myanmar y se establecieron en Delhi en 2012.
"Queríamos trabajar con esta comunidad vulnerable y ayudarla, porque no recibe mucho apoyo", dijo Mridul. "Hasta ahora, hemos dirigido campañas de donación de ropa para ellos, hemos organizado proyectos de limpieza y de compromiso por parte de la comunidad, hemos contactado a empresas y filántropos para que donen alimentos y material de estudio, y hemos enseñado a los niños las metodologías de 'Juego para la Paz' para facilitar la superación de los traumas".
La reacción a su trabajo ha sido muy positiva, especialmente entre la comunidad Rohingya.
"Confían en nosotros de verdad", dijo Mridul. "Somos jóvenes que trabajan sin muchos recursos y con muchas limitaciones, pero nos hemos comprometido con ellos a un nivel muy personal. Venimos, nos sentamos con sus hijos, los escuchamos, dirigimos sesiones de curación de los traumas, lo que sea necesario. Eso nos ha ayudado a establecer credibilidad en la comunidad. Siempre que se enfrentan a problemas, nos llaman. Confían en nosotros para que les ayudemos".
Asimismo, gran parte de la labor de la YfPI se centra en la defensa de las personas en situación vulnerable y en la prevención de la difusión de rumores y la incitación a la violencia.
En 2018, circularon falsos informes de que el alma mater de Mridul estaba impartiendo ideologías en contra de la India. Mridul y otros ex alumnos hindúes sabían por su propia experiencia que esas acusaciones eran falsas, por lo que se unieron para dar otro punto de vista y dejar las cosas claras.
"Creamos una campaña en línea para defender a la universidad y a sus profesores, publicando artículos y relatos personales sobre cómo nosotros, como hindúes, habíamos estudiado allí y siempre nos habíamos sentido seguros y bienvenidos, y cómo nunca habíamos visto que se produjera ninguna enseñanza peligrosa o antinacionalista", comenta Mridul.
Con casi 10.000 seguidores en Facebook en la página oficial de la YfPI, y un equipo de 30 miembros entre personal y becarios, el mensaje positivo se difundió rápidamente, ayudando a combatir los rumores falsos y perjudiciales.
La YfPI también trabaja para desmontar los falsos rumores que pretenden dividir a hindúes y musulmanes y avivar las tensiones violentas con el vecino Pakistán.
"Este tipo de discursos han creado miedo, cuenta Mridul. Muchos musulmanes ahora no se sienten seguros en los espacios públicos y los orígenes de estos conflictos y del odio a menudo se encuentran en los prejuicios y la ignorancia. La intolerancia religiosa incita y exacerba la violencia extremista, por lo que es importante que facilitemos el diálogo utilizando sistemas de creencias basados en la fe para unir a las comunidades diversas".
En 2016 y 2017, la YfPI llevó a cabo una campaña de diálogo y exposición en línea llamada "Guftagu" ("conversación" en urdu) en la que se animaba a los paquistaníes y a los indios del norte a compartir fotos y recuerdos de comidas, ropa, festivales, música, poesía y otros elementos culturales básicos locales.
"El norte de la India y Pakistán comparten una cultura similar... hay muchos puntos en común. Queríamos destacar que el hecho de que los dos países estén divididos por la religión no significa que deba haber odio entre ellos", señala Mridul.
La YfPI está planeando otra campaña llamada "Sarhad Ke Paar" (en urdu e hindi significa "a través de las fronteras") que anime a los jóvenes indios y pakistaníes que han visitado los países de los demás a hablar de los prejuicios que tenían antes de sus viajes y de cómo sus experiencias al otro lado de la frontera han cambiado sus perspectivas de manera positiva.
La YfPI está creando ahora un plan de estudios basado en valores, destinado a las escuelas gubernamentales, que hará hincapié en los beneficios del diálogo interreligioso e intercultural en el fomento del respeto, la compasión, la confianza, la gratitud, el amor y la empatía. El Sr. Mridul espera que este trabajo de paso a más intercambios interculturales y transfronterizos antes de que los estudiantes lleguen a la universidad, para promover así la paz y la coexistencia.
"Quiero unir a estas comunidades. Quiero que la India y Pakistán se unan como lo hicieron Alemania Occidental y Oriental", dijo. Si eso no es posible, que por lo menos todos podamos tener un poco más de tolerancia hacia los demás, y tal vez incluso compasión".