Atallah Fitzgibbon es el asesor de asociaciones religiosas del Islamic Relief Worldwide, una organización no gubernamental (ONG) independiente fundada en 1984. La organización trabaja en estrecha colaboración con la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, con el fin de ofrecer programas de ayuda humanitaria y de desarrollo en más de 30 países de todo el mundo.
El Sr. Fitzgibbon habló con el KAICIID durante el primer Foro de Diálogo Político Europeo sobre Refugiados y Migrantes, que tuvo lugar en Atenas (Grecia). El Foro reunió a activistas de base de la "Red para el Diálogo", apoyada por el KAICIID, y a encargados de la formulación de políticas, dirigentes religiosos y académicos que trabajan en la inclusión social de los refugiados y migrantes en Europa.
¿Puede hablarnos brevemente sobre la labor que realiza en materia de integración de los refugiados y por qué son importantes estos trabajos?
Islamic Relief es una organización benéfica humanitaria, y hacemos alrededor de un 20 a un 30% de trabajo de desarrollo y promoción. En realidad, gran parte de nuestra labor humanitaria es trabajar con los refugiados, y en cuestiones relacionadas con la integración de los refugiados, así como con las comunidades de acogida, por lo que esta es una cuestión fundamental para nosotros.
¿Cuáles son los mayores obstáculos a los que se enfrentan en el trabajo que hacen?
Uno de los retos en relación con Europa es que a nuestras oficinas en este continente les gustaría trabajar más a través de las comunidades musulmanas locales. En el contexto de la crisis de los refugiados, muchas comunidades musulmanas locales están formadas por migrantes marginados y con escasos recursos.
Por lo tanto, tratamos de darles recursos y empoderarlos para que puedan tener más confianza en algunos casos, y los conocimientos necesarios para proteger a los refugiados y permitirles integrarse. Dado que ellos mismos tienen un modo de pensar más particular, al haber llegado a Europa antes, resultan de gran importancia para ayudar a los refugiados recién llegados cómo integrarse..
¿Por qué cree que este Foro de Políticas, combinado con la reunión de la Red para el Diálogo, es importante y por qué decidió asistir a este evento?
En mi opinión, este Foro de Política es sumamente importante porque parte de la labor que está realizando el KAICIID, y la Red para el Diálogo, se relaciona con el papel de las comunidades religiosas y su interacción y apoyo a los refugiados, que tienden a ser marginados por los organismos donantes, los encargados de la formulación de políticas, etc., que no comprenden plenamente una respuesta comunitaria a los refugiados. Así pues, el foro de políticas puede permitir que se promueva y movilice una voz muy singular de las comunidades religiosas a los encargados de la formulación de políticas que puede ayudar a éstos a pensar de forma ligeramente diferente en torno a los enfoques de la integración de los refugiados.
A partir de su experiencia profesional, ¿qué papel desempeña o puede desempeñar el diálogo interreligioso en el proceso de integración?
Creo que los enfoques del diálogo son fundamentales para que se integren en las actividades humanitarias y de desarrollo para los refugiados. La razón es que Islamic Relief, como organismo, ha trabajado durante muchos años en la respuesta humanitaria, pero ha reconocido que, en el contexto de las emergencias complejas y las situaciones complejas que implican conflictos entre pueblos y grandes diferencias de entendimiento entre las personas, la ayuda humanitaria y las actividades de desarrollo son un medio ideal para lograr un entendimiento entre las diferentes comunidades.
También permiten el contacto social y la mezcla entre estas comunidades, de modo que a menudo se produce un diálogo informal. Y esto es lo que permite a los refugiados comprender a los demás, y a las comunidades de acogida comprender a los refugiados. Así que la ayuda humanitaria permite que eso suceda, especialmente si está diseñada de manera que eso sea posible.
¿Cómo valora la labor del KAICIID en el ámbito de la integración de los refugiados, pero también en términos generales?
Para mí y para Islamic Relief, ésta es una cuestión muy crítica, porque el diálogo es absolutamente necesario, pero es un tema que a menudo es ignorado por los organismos. Como digo, las respuestas de los organismos tienen la capacidad de integrar el diálogo, pero a menudo no se hace, porque falta sensibilización al respecto. Cuantos más organismos como nosotros puedan comprender que trabajando en este nexo entre el apoyo humanitario, la integración y el conflicto, el apoyo humanitario puede resultar casi como un caballo de Troya que, con la excusa de ser una actividad que une a las comunidades, permita que se produzca el diálogo.
Así pues, lo que he aprendido del KAICIID y de la Red para el Diálogo es que el diálogo es una actividad matizada, no es una simple actividad, son muchas actividades, y puede integrarse de todas las formas posibles. Y esto no hay mucha gente que lo entienda.
El KAICIID tiene un mensaje único, creo, en estos aspectos, y esto es muy valioso para mucha gente. No hay muchas agencias que hagan la labor que el KAICIID está realizando. Estamos muy agradecidos por su apoyo.
¿Cómo cree que pueden los líderes religiosos y los responsables políticos unirse para dar forma a las políticas de inclusión social de los refugiados en Europa?
Los actores religiosos locales (LFAs) juegan un papel crítico para asegurar una recepción inmediata y apropiada. Pueden desempeñar un papel decisivo en la remisión, el registro, la prestación de asistencia jurídica e incluso en la realización de procedimientos de determinación de la condición de refugiado (RSD) o en el acceso a ellos. Proporcionan ropa, alojamiento, asistencia médica y apoyo a los recursos de subsistencia. Además, la fe motiva a muchos de los voluntarios que participan en visitas y otras actividades en los centros de detención y deportación de inmigrantes, y a menudo adquiere un papel importante en las experiencias de detención de los migrantes.
Convencer a un público escéptico sobre los beneficios de la migración requiere algo más que simples portavoces del gobierno, requiere que tanto los líderes religiosos como los académicos pidan cuentas a los políticos y funcionarios. Muchos gobiernos nacionales europeos son incapaces de proporcionar el nivel de apoyo social necesario, en particular en las áreas más delicadas en torno al apoyo espiritual y emocional, así como de desempeñar el doble papel conflictivo de hacer cumplir los procesos de los RSD y de apoyar a los refugiados para que presenten su caso en un ambiente legal y social a menudo intimidante. Las comunidades religiosas, junto con otras, han desempeñado ambas funciones para que la política pública pueda funcionar de manera adecuada y humana.
A menudo, las iglesias y comunidades religiosas en Europa tienen que reflexionar profundamente y desarrollar sus teologías en torno al pluralismo para seguir siendo pertinentes e inclusivas en el siglo XXI. Los encargados de la formulación de políticas y los dirigentes religiosos pueden beneficiarse de las perspectivas mutuamente compartidas en torno a este proceso y de una visión compartida de la sociedad.
¿Cómo ve el futuro del uso del diálogo en el campo de la inclusión social de los refugiados?
Lo más normal es que el espacio público en el que unos y otros comparten y aprenden no sea proporcionado ni planificado por las autoridades urbanas, sociales, educativas, ni en procesos de desarrollo y gestión de recursos humanos. Con frecuencia, se ha ignorado el diálogo en los procesos públicos de educación y en las artes, la recreación y el trabajo con jóvenes y en el lugar de trabajo. La política pública en torno a la participación con otras comunidades religiosas y culturas es fundamental para permitir el autodesarrollo. Se presentan oportunidades en esas esferas, pero, debido a la hegemonía cultural y secular, las instituciones no están dispuestas a innovar ni a que se vea que actúan de manera diferente.