Justina Mike-Ngwobia y Mugu Zakka Bako son dos becados del KAICIID que se embarcaron en un proyecto subvencionado sobre "Prevención del discurso de odio en sociedades post-electorales". El KAICIID proporciona pequeñas subvenciones anuales a iniciativas de base que se centran en cuestiones como la prevención de la incitación al odio, la protección de los lugares sagrados y la libertad de religión. Ahora, tras la finalización de su proyecto, Ngwobia y Bako hablan sobre su impacto, las lecciones aprendidas y el camino a seguir.
Ser becado del KAICIID ha ayudado a Justina Mike-Ngwobia y a Mugu Zakka Bako a fortalecer las narrativas de los discursos contra el odio en las comunidades de los estados de Plateau y Kaduna de Nigeria.
En los últimos diez años, las comunidades de ambos estados se han visto enfrentadas a causa de la violencia existente entre las comunidades indígenas y los colonos Fulani, en un conflicto que se ha cobrado casi seis veces más vidas de civiles que los ocasionados por la insurgencia de Boko Haram, según el International Crisis Group.
El conflicto, que comenzó como una disputa por el uso de la tierra entre los pastores musulmanes Fulani, principalmente nómadas, y los agricultores, en su mayoría cristianos, abarca ahora elementos religiosos y étnicos, con un discurso de odio que ha provocado tensiones en todo el país.
Gracias a la financiación del KAICIID, Bako y Ngwobia pudieron participar en la situación, dejando una huella duradera.
"Pudimos identificar que muchas de las fisuras religiosas y étnicas que estaban presentes en el discurso de odio y la retórica divisoria que condujo a las elecciones generales de 2019, también estaban presentes en este conflicto entre agricultores y pastores", dijo Ngwobia.
Ngowbia y Bako señalaron dos conflictos mortales anteriores en 2008 y 2010 en el estado de Plateau, que habían sido alimentados por el discurso de odio religioso y político. Esta enorme tensión existente podía provocar que en las próximas elecciones hubiera divisiones similares a nivel de base, y motivó a los dos becados a tomar parte en ello.
"Sabíamos que no podíamos dejar que esto ocurriera de nuevo. El proyecto ayudó a las comunidades a reconocer los estereotipos en la búsqueda de objetivos y entendimiento comunes", dijo Ngwobia.
Justina Mike-Ngwobia y Mugu Zakka Bako colaboraron a través del Programa de Becados Internacionales del KAICIID con el objetivo de detener la violencia en su país natal, Nigeria. Foto: Godwin Oisi para el KAICIID
La intervención de los becados consiguió, por ejemplo, concluir que parte del conflicto fue causado por miembros de la comunidad Fulani que no tenían vínculos estables con la comunidad local, lo que llevó a la impresión errónea de que todos los Fulani eran responsables de esto.
"Éste fue un dato de gran importancia que surgió en esa reunión e incluso los indígenas se sorprendieron al escuchar esto", dijo Ngwobia.
Antes de su intervención, esta generalización había "conllevado un discurso de odio que ocasionó muchos conflictos violentos en esas comunidades. Pero, gracias a esta intervención, pudimos crear comités y grupos que vigilarán lo que sucede en esas comunidades", dijo.
Los dos becados también declararon que el proyecto, a través del compromiso de defensa, supuso una plataforma más eficaz para las mujeres y destacó su papel clave en la promoción de sociedades pacíficas e inclusivas (SDG #16).
Ngwobia dijo: "Cambiamos la mentalidad de estas comunidades diciéndoles que antes de que alcancemos los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cada parte de la sociedad debe ser consciente de su papel, especialmente las mujeres, que constituyen casi la mitad de la población".
"En realidad están viendo los beneficios, porque algunos de los gobiernos locales de los estados donde trabajamos fueron capaces de involucrar a las mujeres y han reconocido que ellas son mejores construyendo un sistema de paz. Los gobernantes locales confesaron esto."
Bako y Ngwobia dijeron que sus experiencias han confirmado, gracias a la implantación del proyecto en las comunidades locales, que el diálogo continuo es la única forma de salir de la crisis.
Para Bako, poner fin a la violencia es algo particularmente personal, ya que ha perdido hermanos y parientes por el conflicto entre agricultores y pastores. También le ha dado una mayor apreciación de la necesidad de dar a todas las partes la oportunidad de ser escuchadas de manera justa, independientemente de los pensamientos y experiencias personales.
"Pude comprender mejor los anhelos y los temores de las comunidades locales, como cuando los Fulani de la meseta de Bassa mostraron su preocupación por la seguridad, explicando que había otros Fulani detrás de las matanzas locales y que ellos mismos habían sido víctimas", dijo.
En un intento de aprovechar su formación como becados, Ngwobia y Bako han iniciado la creación de una red de becadosdel KAICIID para llevar a cabo su misión de contrarrestar los discursos de odio y construir comunidades más tolerantes en Nigeria.
El éxito de sus esfuerzos ha hecho que se desee solicitar más apoyo al KAICIID, dicen Ngwobia y Bako: "Teniendo en cuenta que éste es un problema que existe desde hace años, queremos continuar trabajando. No se puede hacer una intervención durante seis meses y parar. Como becados del KAICIID y como nigerianos, nos comprometemos a poner fin a la violencia y a construir comunidades basadas en la paz y el entendimiento".