La pasión de Hiba Ibrahim por el diálogo intercultural empezó como un monólogo nocturno consigo misma.
"Mi familia no hablaba mucho inglés, así que solía practicar hablándole a la almohada por las noches. Una vez, mi padre pasó al lado de mi dormitorio, me oyó hablar en otro idioma y entró para preguntar con quién estaba. 'Solo yo', le respondí, y le animé a que buscara por la habitación. Me pareció preocupado", recuerda Hiba entre risas.
Aquellas solitarias clases nocturnas de idiomas dieron sus frutos cuando varios estudiantes de árabe europeos y americanos llegaron a su instituto en Amán. Gracias a sus conversaciones en una mezcla de árabe e inglés, las habilidades lingüísticas de Hiba siguieron creciendo, como su curiosidad por otras culturas.
"Empecé a pensar en el lenguaje no solo como una herramienta funcional para conseguir cosas, sino también como una forma de interactuar con la gente y aprender más sobre nuestras culturas. Demasiado a menudo, restringimos nuestra idea de cultura a la gastronomía, las festividades y la moda; sin embargo, la cultura trata de las distintas formas de pensar. Aprender cultura a través del idioma puede ayudarnos a entender mejor nuestro lugar en el mundo".
Esta filosofía inspiró a Hiba y a un grupo de amigos para poner en marcha Yalla Talk en 2006. Yalla Talk estuvo casi una década fomentando el diálogo intercultural cara a cara y las colaboraciones lingüísticas entre jóvenes jordanos y estudiantes universitarios, profesionales y artistas de otros países deseosos de aprender más sobre el mundo árabe y la cultura islámica.
Gracias a la conversación, que supera las barreras lingüísticas y las divisiones culturales, los participantes aprendían sobre la vida del Otro y descubrían nuevos aspectos de su propia identidad.
Mantener este entorno implicaba retos obvios, pero también oportunidades de crecimiento.
"A veces surgían conflictos o choques porque las ideas se pierden en la traducción. Ahí es donde entraban en juego las habilidades lingüísticas y de diálogo. A veces solo tenemos que ayudar a la gente a aclarar o reformular sus pensamientos porque lo que intentan decir es confuso o sus expresiones faciales y su lenguaje corporal no coinciden con los de la otra cultura".
Yalla Talk trabajó con más de 300 participantes de todo el mundo a través de sus sesiones de diálogo en grupo y sus alianzas lingüísticas. Hiba apunta que su influencia todavía se deja sentir.
Una de esas mujeres, una participante de Yalla Talk de una región conservadora del sur de Jordán, también vivió su propia transformación gracias al programa.
"Para las mujeres de esa comunidad, es difícil salir y estar activas", explica Hiba sobre la localidad natal de esa mujer. "Al principio, se mostraba muy tímida y reticente a compartir sus opiniones y su cultura. Un día empezó a hablar de forma más positiva sobre varios aspectos de su comunidad y, con el tiempo, vimos cómo se convertía en una persona más extravertida y confiada. Es alentador ver que Yalla Talk ayuda a participantes como ella a reflejar su propia identidad y su cultura".
Yalla Talk ya no organiza sesiones de diálogo periódicas ni alianzas lingüísticas, pero Hiba incorporó mucho de lo aprendido gracias al programa a su labor posterior como facilitadora del diálogo en la plataforma de intercambio intercultural Soliya y como coordinadora de programa del grupo Global Nomads, que fomenta el diálogo y la comprensión mutua entre estudiantes de Oriente Medio y los Estados Unidos.
Estos puestos animaron a Hiba a completar su maestría en educación, permitiéndole ahondar en algunas de las bases teóricas de su trabajo de intercambio intercultural. En el marco de su investigación, Hiba puso en marcha un programa extraescolar para chicas de noveno grado en Amán, con el que quería comprobar si añadir componentes de competencia comunicativa intercultural a su plan de estudios de inglés aumentaba su entusiasmo por aprender el idioma. Lo hizo.
"Nos centramos en la comprensión mutua y la identidad y animamos a las chicas a aprender más sobre sí mismas como jordanas y musulmanas", relata.
Eso fue lo que hizo Hiba en 2013 cuando se trasladó a los Estados Unidos para enseñar árabe con una beca Fulbright en la Universidad Baldwin Wallace de Ohio. Allí colaboró con distintos departamentos y participó en mesas redondas sobre el papel de las mujeres en Oriente Medio, la religión y la islamofobia en iglesias, festivales de cine y otras universidades.
"Intenté hacer todo lo que pude. Leí a los niños de tercer grado un libro de cuentos titulado The Sandwich Swap que escribió la Reina Rania de Jordania. La historia aborda cuestiones de diferencias culturales. A través del libro y las actividades, hablamos sobre la identidad cultural y sobre el hecho de que las personas vienen de orígenes muy diversos y debemos celebrar esas diferencias", explica. "Aunque los estadounidenses que conocí no estaban muy familiarizados con el islam, todos fueron muy agradables y acogedores y disfruté formando parte de su comunidad".
Ese año en los Estados Unidos reforzó el compromiso de Hiba de continuar con su carrera académica en el campo del aprendizaje intercultural. Ahora está estudiando para doctorarse en Lingüística Aplicada en la Universidad de York, en Toronto.
Después de acabar su doctorado, Hiba tiene previsto volver a Amán para desarrollar herramientas de competencia comunicativa intercultural que se puedan integrar en el plan de estudios en Jordania y en otros países. También quiere poner en marcha un podcast en inglés y en árabe coordinado por estudiantes que permita a los jóvenes reflexionar sobre temas interculturales y celebrar su propia diversidad.
"Viajar y estudiar en otro país son actividades muy importantes para el intercambio cultural, pero las nuevas tecnologías también brindan numerosas alternativas eficaces a responsables políticos, estudiantes y educadores. Me gustaría contribuir a este nuevo campo del aprendizaje y la comunicación intercultural", apunta.
Aunque Yalla Talk ya no organiza sesiones de diálogo periódicas, su legado permanece vivo en las personas que participaron en el programa y en el trabajo de Hiba.
"Yalla Talk me puso en contacto con las perspectivas culturales, la tolerancia y la comprensión mutua a una edad muy temprana y enriqueció mis habilidades como facilitadora. Me ayudó a ser más introspectiva, a abrir la mente y a tener curiosidad sobre cómo conectan las personas. Me hizo celebrar el hecho de ser una mujer jordana y musulmana —todos los aspectos esenciales de mi identidad— y valorar el diálogo intercultural como una oportunidad para aprender no solo sobre otras personas, sino también sobre nosotros mismos", concluye.