BANGUI, 3 de mayo de 2018 – Esta semana habrían muerto más de 20 personas y más de 50 habrían resultado heridas como consecuencia de la violencia sectaria perpetrada en una mezquita y una iglesia. Los últimos actos de violencia, presuntamente cometidos por grupos armados, se han producido a pesar de los continuos esfuerzos internacionales para intermediar por la paz entre las distintas facciones y orientaciones religiosas desde que estalló el conflicto en 2013. Lamentablemente, la violencia genera violencia, por lo cual, tal y como afirmó ante la agencia Associated Press David Brownstein, Encargado de Negocios de los Estados Unidos en Bangui, lo que se necesita es “calma y el cese de los ataques por venganza”.
No obstante, está claro que pedir a los que han perdido a sus seres queridos que dejen las armas es algo más fácil de decir que de hacer. También aquí, los líderes de distintos factores políticos han conseguido manipular la identidad religiosa para crispar los ánimos y enardecer la lealtad de sus seguidores.
Pese a este sombrío panorama, muchos destacados líderes religiosos hacen todo lo posible para dar relevancia a los mensajes de amor, paz y perdón intrínsecos a sus confesiones.
“Hago un llamamiento al pueblo de la República Centroafricana para que permanezca en calma, y para rezar unidos a fin de expulsar el mal que contamina el país. También hago un llamamiento al gobierno para que asuma la responsabilidad, para que se haga justicia y los autores de estos crímenes sean castigados”, afirmó el Imán Kobine Layama, dirigente de la Plataforma Interconfesional de la República Centroafricana.
“Insto a todas las personas a que nos contengamos y también ejerzamos el autocontrol necesario para evitar la furia, el odio, la venganza y las represalias. Hemos contado a nuestros muertos, y los seguimos contando. Entre nosotros hay personas enfermas, personas discapacitadas, y las seguimos contando. Gracias a todos, alcémonos para obstruir el paso a los deseos de autodestrucción”, afirmó el Cardenal Dieudonné Nzapalainga, dirigente de la Plataforma Interreligiosa de la República Centroafricana.
En el Centro Internacional de Diálogo trabajamos para promover los discursos y el trabajo de los líderes religiosos que prefieren encender una luz de esperanza en lugar de condenar la oscuridad. Con el respaldo de la comunidad internacional, esperamos que las voces de estos líderes consigan la máxima repercusión, y que sus esfuerzos por reconciliar a los miembros de sus comunidades —inclusive a nivel de base— reciban el apoyo adecuado.
Agustín Núñez-Vicandi, Responsable del programa del KAICIID para la República Centroafricana, afirmó: “A veces puede parecer que los esfuerzos por el diálogo son fútiles, y que los mensajes de paz se ahogan bajo el ruido de los ataques y la venganza. Sin embargo, hay líderes que trabajan sin descanso y arriesgan su vida cada día por todos los demás, por la paz entre las diferentes comunidades religiosas. Debemos fomentar estas voces y estos mensajes, y garantizarles no solo un espacio para el diálogo, sino los medios necesarios para implementar iniciativas de cooperación”.
Este es el momento de dialogar.